Quiero subrayar un par de cosas más. Hacer el verso no
tiene carácter normativo. En absoluto. Solamente se limita a registrar algunos
usos frecuentes en los poetas. Por lo tanto, quienes busquen en él un recetario,
absténganse de comprarlo si están a tiempo. Otra: tal vez noten en mi libro una
leve tendencia a cierta conceptualización "imaginista" de la poesía. Esto no se
debe a que busque enrolar en dicha escuela a los lectores, sino a mi tradicional
obsesión por sugerir claridad, concisión y vigor expresivo, cualidades que,
precisamente, ensalzó el imaginismo a principios de siglo. De paso, convengamos
en que a ningún escritor le viene mal trabajar con tales objetivos (y menos al
principiante: como dice Bosio Arnaes, antes de tener estilo hay que aprender a
escribir). Además, confío en que los múltiples ejemplos citados hablen por mí en
cuanto a la no adscripción a determinada estética.
Bueno, espero que les guste.
Como siempre, pueden escribirme a mi dirección electrónica. Me
encantaría saber cómo viven la poesía a partir de Hacer el verso.
MdM
mdimarco@interlink.com.ar