https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Después de las carreras" de Manuel Gutiérrez Najera (página 2) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  (2)  3  4  5  6 
 

Berta entorna los ojos, pero vuelve a cerrarlos en seguida, porque está la alcoba a oscuras. Los duendes, que ansían verla dormida para besarla en la boca, sin que lo sienta, comienzan a rodearla de adormideras y a quemar en pequeñas cazoletas granos de opio. Las imágenes se van esfumando y desvaneciendo en la imaginación de Berta. Sus pensamientos pavesean. Ya no ve el hipódromo, bañado por la resplandeciente luz del sol, ni ve a los jueces encaramados en su pretorio, ni oye el chasquido de los látigos.

Ya todo yace en el reposo inerme;

El lirio azul dormita en la ventana;

¿Oyes?, desde su torre la campana

La medianoche anuncia: duerme, duerme.

El genio retozón que abrió para mí la alcoba de Berta, como se abre una caja de golosinas el día de Año Nuevo, puso un dedo en mis labios, y tomándome de la mano, me condujo a través de los salones. Yo temía tropezar contra algún mueble, despertando a la servidumbre y a los dueños. Pasé, pues, con cautela, conteniendo el aliento y casi deslizándome sobre la alfombra. A poco andar, di contra el piano, que se quejó en si bemol; pero mi acompañante sopló, como si hubiera de apagar la luz de una bujía, y las notas cayeron mudas sobre la alfombra: el aliento del genio había roto esas pompas de jabón. En esta guisa atravesamos varias salas, el comedor, de cuyos muros, revestidos de nogal, salían gruesos candelabros con las velas de esperma apagadas; los corredores, Ilenos de tiestos y de afiligranadas pajareras; un pasadizo estrecho y largo como un cañuto, que llevaba a las habitaciones de la servidumbre; el retorcido caracol por donde se subía a las azoteas y un laberinto de pequeños cuartos, llenos de muebles y de trastos inservibles.

 
Páginas 1  (2)  3  4  5  6 
 
 
Consiga Después de las carreras de Manuel Gutiérrez Najera en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Después de las carreras de Manuel Gutiérrez Najera   Después de las carreras
de Manuel Gutiérrez Najera

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com