|
|
Páginas
1
2
(3)
4
|
|
Moles[5] va más allá al
analizar la funcionalidad de libros folletos y catálogos y diferenciar dos
grados separados de comunicación: la de el texto y la de la imagen. Las letras
siguen una estructura secuencial, incluso cuando están contenidas en líneas
interrumpidas o irregulares. Cada letra está condicionada por la anterior y por
la siguiente a fin de componer un mensaje determinado. En cambio, las imágenes
permiten transmitir un mensaje en dos direcciones sobre el que los ojos puede
moverse en aparente libertad, aunque la ciencia ha demostrado que la mirada
suele tener unos hábitos de atención predeterminados y característicos. La
página ilustrada dispone, por lo tanto, de un doble cauce para enviar su
mensaje. Evoca sensibilidades diferentes que confluyen en idéntico fin: causar
una impresión más o menos duradera en el lector que garantice la retención de lo
que se expresa. Desde este punto de vista, el estudio del diseño gráfico debe
diferenciar los rasgos característicos de sus dos elementos constitutivos: el
texto y la imagen, que vistos en conjunto deben medir su eficacia en su
capacidad para transmitir la información. A diferencia del arte, la
funcionalidad y no la estética es el fin último, si bien buena parte de los
diseñadores no renuncian a otorgar un componente estético a sus obras.
En cada
página de los libros, catálogos, folletos o revistas la imagen global debe estar
planificada por las leyes del equilibrio y de la perspectiva, unas reglas que no
son arbitrarias, aunque permiten un amplio margen de tolerancia. En primer
lugar, ante la página en blanco el diseñador debe hacer la distinción entre el
trazo y la imagen tramada. El primero es fruto de la libre voluntad de quien lo
dibuja y no responde necesariamente a los contornos de la realidad. Por el
contrario, la imagen tramada establece sobre el papel un esquema geométrico de
puntos y líneas más o menos visible sobre el que la obra de diseño expresa
formas que son reconocibles para quien las observa. En las tramas se reconocen
dos elementos: los contornos, que son líneas que en conjunto permiten la
percepción de las formas; y las texturas, las apariencias que revisten las
superficies vistas en mayor o menor perspectiva. En conjunto, ambos elementos
deben permitir que en el cerebro de los receptores se conformen imágenes
identificables.
|
|
Páginas
1
2
(3)
4
|
|
Consiga Diseño Gráfico y Estética moderna de Ainhoa Martín Emparan en esta página.
|
|
 | |
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
|
|
|
Diseño Gráfico y Estética moderna
de Ainhoa Martín Emparan
ediciones elaleph.com
|
Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
|
|
|
 |
|