Sentí
que me agarraban de la ropa, y al instante comprobé que emprenderíamos vuelo
hacía la tercera isla. X no estaba entre la ironía.
La
muerte y El olvido me tomaron uno por cada brazo y me elevaron.
Quería
llegar a X para terminar de una vez con los Chacales y revivir a Celeste. Pero deseaba
encontrarlo después de la quita isla para, de esa manera, poder ver mi
gigantesca biblioteca; que no solo guardaba copias de mis escritos, sino que
también guardaba en forma de texto, todo lo que alguna vez imaginé o soñé.