-Esta es la mejor de
las islas -comentó
la muerte.
-Si, sombría y
bizarra como vos -respondió
el olvido que siempre conservaba palabras para molestarla.
-Tonto no entendés
nada, yo conozco a esta gente, y aunque esta sea la imagen que le dieron a su
lugar, son verdaderos genios. Solo hay que mirar en nuestro estilo de habla. Hay
ironías e ironías, algunas van al baño y se sacan la remera. Son mal utilizadas
y solo sirven para provocar enojo a otros. Otras en cambio, son inteligentes,
rápidas, rellenas de un fino sarcasmo para gente selecta. Esas ironías, no se
salvan de provocar enojos pero, a diferencia, van cargadas de superioridad y de
verdad. Son como un personaje merecidamente popular. Esa es la clase de palabras
que me gustan. De esa clase de ironías se enamoran las metáforas que, por verse
reflejadas en algún punto profundo de la sarcástica frase, se sienten contenidas
y abrazadas. De esa clase de ironías se alimentan las mentes y las composiciones
de los que habitan esta isla-. De
repente la reflexión de la malhumorada Muerte, comenzaba a sonar a vida. Incluso
terminaba de mencionar al amor y de alagar a otros seres. Algo que mis oídos y
ojos jamás habían absorbido. Al parecer, la misión de "Patch", aquel sobrenombre
que el tiempo y el olvido le habían adjuntado, estaba dando sus lentos
resultados. Patch se estaba devorando a la Muerte de a bocados diminutos.
-No debemos
detenernos -dijo
por fin el Tiempo-, hay que rastrear a
X.