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Nota al lector

Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son, escribió Nietzsche en un estudio sobre la Verdad y la Mentira. Y fue mucho más allá; con determinación prusiana, escribió: ?No es más que un prejuicio moral el considerar a la verdad más valiosa que la ilusión?. Desde hace un tiempo (el tiempo previo y simultáneo a la escritura de este libro) esas palabras han vuelto a mí con una significancia poderosa. La primera vez que las oí, en mi época de facultad, formaban una apretada visión más dentro del canon de conocimiento de la carrera de Periodismo, justamente una profesión que toma como estandarte la propagación de la verdad cruda. Ahora, años más tarde y experiencia mediante, constituyen claves lúcidas para reinterpretar mi oficio y la labor de quienes me han precedido.
El presente libro constituye (en forma rigurosa) el desarrollo in extenso de la presentación que realicé para la jornada del 26 de Noviembre de 2006 del Congreso Mundial de Ufología en el Teatro Coliseo de Buenos Aires a propósito de un caso propio.[1]
Esa conferencia significó entonces una sorpresa para quienes siguen mi actividad periodística en radio y televisión. Fue especialmente una conmoción para mis pares y motivo de escarnio público de parte de la competencia mediática. Mi caso iba a contrapelo de las evidencias que los participantes de esas jornadas presentaban pero pretendía dar luz sobre un episodio bastante resonante en la tradición ufológica argentina. Mi presentación derivaba en algo distinto pero quizás aún más sorprendente.
Aquellos que no han encendido una tele en los últimos cuatro años y no me conocen, pueden saber que me desempeñé todo ese tiempo como presentadora primero y luego jefa de noticias de un importante noticiero en el canal líder. Que gané en 2003 el premio TEA revelación y (junto con mi equipo) dos Martín Fierro consecutivos a la labor informativa en televisión. Si ahora se preocupan en encenderla, no van a encontrarme más allí. Un forzado sismo de ?cambios editoriales? terminó al cabo de unos meses con mi despido.