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El objetivo de la investigación efectuada, consiste en breves reseñas de la evolución del pueblo formoseño para luego contar (no descubrir) por qué, en el silencio (sobre todo los responsables) conocen la verdadera historia escondida del hecho genocida acaecido hace ya más de setenta años. Gran parte de lo que se desentrama, es acreditado con documentos históricos que por gratitud fueron descubiertos y aportados por el gobierno, en la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Más allá de la ideología política de las autoridades gobernantes, debe señalarse que la elaboración es muy seria, responsable y busca con ello precisamente diferenciarse de la historia mal contada y falazmente informada por los medios de comunicación de la época y por autores sin objetividad y apresurados irrazonablemente por quizás saltar a la gloria o rendir pleitesía a alguien, cuando algunos quizás en el intento de sortear el apremio de la justicia por su participación criminal y cuyas versiones hasta hoy siguen dando vueltas contadas por cierto ego o gota de heroísmo falso o tal vez por el argentinismo de defender sin razones a las instituciones por sobre las violaciones de derechos humanos. También contadas por autores, historiadores y documentalistas que sin razón atacan a las instituciones públicas como el caso de aquellos que refieren que la justicia no se ha ocupado de ello, cuando bien saben que se dieron avances agigantados en la investigación criminal que permitieron el hallazgo de elementos objetivos y de certeza que nunca se conocieron, aunque sin discutir que con graves retrasos inútiles que provocaron vilipendio procesal y quizás convertirán un juicio contradictorio, en un juicio por la verdad. Además en el proceso criminal, en mi carácter de fiscal federal subrogante, he emitido la requisitoria de instrucción formal que le dio estado judicial al proceso, donde se ha imputado a los prima facie responsables, y lo más importante es haber solicitado por primera vez en la República Argentina, que una masacre contra un pueblo aborigen sea declarado delito de lesa humanidad e imprescriptible. Así lo confirmó más tarde la Excelentísima Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco. Este hecho marca un hito, que posteriormente fue tomado y remedado por las autoridades judiciales de la ciudad de Resistencia (Chaco), para abrir proceso por la masacre de Napalpí. La investigación volcada en esta obra es pura consecuencia de elementos recabados en exposiciones públicas del que fui panelista, entrevistas personales con sobrevivientes de la masacre y familiares de víctimas de la misma y además como se dijo antes, del contexto de una investigación criminal avanzada. Todo respaldado además por la intensa búsqueda y curiosidad personal. He manoseado sin descanso el buscador Google. He viajado a provincias argentinas donde se encontró relevante información (Chaco, Salta, Córdoba y Buenos Aires). He acudido a hemerotecas. He revisado archivos históricos nacionales y provinciales como museos. He buscado el misterioso avión Junkers JU52-T153, desde donde se ametralló a los pilagás, y pese a que inicialmente contaba con la información que fue siniestrado en el año 1957 en Cafayate, provincia de Salta, lo cierto es que la tarde del 13 de enero de 2013, he localizado la aeronave en el Museo Aeronáutico Nacional, adyacente a la Base Aérea Militar de Morón, provincia de Buenos Aires.
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Consiga Genocidio en Rincón Bomba: Delito de Lesa Humanidad contra los pilagás en el Territorio Nacional de Formosa de Arístides Norberto Fernández Bedoya en esta página.
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