Prólogo
¿Qué impulsa a un periodista frustrado a
aceptar un trabajo en un lugar impreciso en la frontera entre Argentina, Perú y
Bolivia? Con esta pregunta se abre una serie de sucesos que mezclan hechos
místicos con las más bajas intenciones del capitalismo.
Cuando Oscar me planteó su idea, temía que
ésta se le escapara de las manos. El proyecto sonaba ambicioso y requería de una
buena planificación. A medida que fuimos trabajando cada capitulo, descubrí que,
lejos de ser una historia lineal, se escondía en ella mucha subjetividad. Oscar
estaba planteando un modo de vivir, de ver al prójimo y de involucrarse en sus
problemas. De hecho, el tema de las relaciones y la cooperación es el hilo
conductor del relato. En su momento lo habíamos hablamos e incluso llegamos a la
conclusión que debía evitar esta clase de cuestiones. Sin embargo, a medida que
avanzaban las versiones, esta subjetividad bajo en aquellos aspectos
irrelevantes, pero gano en lo referido a vivencias. En definitiva, ¿quién era yo
para evitar que imprimiera su sello característico? Menos mal que hizo caso
omiso a mis consejos y pudo salirse con su propio estilo.
No quiero extenderme mucho más. Lo único que
les pido es que traten de ver a Oscar en la novela. Él está, aunque no
explícitamente, y en muchos casos es el propio narrador. Por lo menos así me
gusta verlo. Cuando uno está del otro lado, en la ?cocina de la escritura? puede
darse ese lujo. Pero sobre todo, en cierto modo, me siento parte y aunque sea en
un rinconcito, espero que también me encuentren a mí.
Gonzalo Pérez
Coordinador de ?El zurdito?, Taller Literario
Virtual
Buenos Aires, agosto de 2007