Soy parte de la humanidad, y como tal vivo y he vivido sumergido
en una realidad moldeada por conflictos de todo tipo.
Nuestra naturaleza humana nos ha dado el ingenio imprescindible para apartarnos
de nuestras responsabilidades, no asumiéndolas, evitando de esa forma tomar
conciencia que muchas veces era nuestro silencio el real causante de los mayores
desatinos. Fue por eso que muchas veces nos costó tanto encontrar a los
verdaderos responsables de los crímenes más serios cometidos contra nuestra
raza, ya que estos moraban realmente dentro de nuestros corazones.
Quizás debimos en su momento haber escuchado y no sólo haberlo
muchas veces criticado, con razón o no, a Friedrich Nietzsche cuando nos dijo
que ?No es la fuerza, sino la perseverancia de los altos sentimientos la que
hace a los hombres superiores?.
Esta alegoría no pretende sólo representar simbólicamente mis
ideas, pretende aún más, quiere ayudar a qué reflexionemos despertando de esa
forma nuestra conciencia individual y colectiva, para que un día podamos decir
de una vez y para siempre ¡basta!, trazando una línea como para graficar que no
toleraremos mas allá de ese punto lo que esta sucediendo.
Como decía el filósofo alemán Emmanuel Kant ?Todos somos iguales
ante el deber moral", y es este deber el que nos obliga a
denunciar todo aquello que de una u otra forma afecta o denigra a nuestro
prójimo, ya que aunque nos neguemos a aceptarlo, nuestro comportamiento ante él
siempre serán el espejo que refleje nuestras almas.
Como el personaje de ?El Sitio? dice ?¡En la vida uno se puede
permitir muchas cosas, pero nunca el permanecer indiferente ante el dolor y el
drama de los demás!?.
Realmente espero que ustedes disfruten con la lectura de este
libro, el cual esta dedicado a los que amo y no quiero, tanto como yo lo he
hecho escribiéndolo.