|
|
Páginas
1
2
3
(4)
|
|
Ay, Dios. Estoy tan
caliente que el frío se me fue hace rato. Al próximo lo apuñalo con el
señalador. Lo juro por Stephen King. Me voy a asegurar que no haya otro, por las
dudas miro para todos lados y parece que no veo a ninguno de "ellos",
¡significa que podré lograrlo! Adelante entonces "... que muchas veces
había pretendido emular a los... ¡Señoras y señores, vengo a solicitar su
colaboración! Estamos pasando por una situación dramática que sería
imposible de solucionar sin su amable ayuda. Es solo una colaboración, lo que
puedan. Tengo un primo lejano que tiene un testículo más alto que el otro y como
está desocupado siempre se rasca el mismo: el izquierdo, y esto le provoca
que se le esté poniendo muy colorado. Necesitamos comprarle un slip y sólo se
consigue en Cuba. Contando con su solidaridad podría hacer posible su
recuperación y rascarse como cualquier ser humano. Gracias. Graciasss." ¿Y éste
de dónde salió? Me atacó a traición. Están escondidos detrás de los asientos. Es
imposible vencerlos. "¡Bueno, bueno! Ya vaaa." ¡Un asiento libre! Es todo mío.
¡Por fin! ¡Ahhhhh, qué placer! ¿Cómo? ¿Ya llegamos a Retiro? Con razón
había conseguido un asiento libre. Bueno, aguantá Carlitos. No hay nada que
hacerle, mañana seguís con el libro. Suerte que los trenes se privatizaron.
Antes no se podía viajar.
|
|
Páginas
1
2
3
(4)
|
|
Consiga Historias escondidas de Francisco Alberto Brestolli en esta página.
|
|
|
 |
|