|
|
Páginas
(1)
2
3
|
|
El final de los finales
Apretujado entre las sábanas apenas oí el quejido en la oscuridad.
Me desperté de inmediato alertado y sin destaparme,
escuché... Nada... Seguí oyendo un rato con los ojos bien abiertos. Hasta
que me convencí de que no era nada importante y me revolví en el calor de mis
frazadas y acolchados, que por cierto pesan bastante ya que soy muy friolento, y
me encimo cerca de cinco, a veces seis. Cuando el sueño regresó, volví a
escuchar... ¡Ahora sí que lo escuché! ¡Hay algo dentro de mi habitación!
Asomé la cabeza de abajo de las sábanas y miré en las sombras. Con toda la
fiaca del mundo, saqué una mano al frío de mi habitación y prendí la luz del
velador. ¡Ni les cuento el susto que me di! ¡Me quedé sin respiración! Me
llevó unos segundos poder moverme, cuando reaccioné salté rápido de la cama y
agarré lo primero que encontré a la mano para pegarle a la cosa que
fuera. ?¡VAMOS! ¡VAMOS! ¡SALI DE AHI QUE TE VOY A REVENTAR, HIJ..! No
terminé mi frase, el bulto se incorporó lentamente y vi que estaba envuelto en
una túnica andrajosa y remendada, como un antiguo monje franciscano que no se
hubiera cambiado la ropa durante años. Retrocedí juntando coraje y
esgrimiendo mi... ¿florero de plástico blando? Bue... mucho daño no haría con
aquello. El bulto totalmente incorporado tendría cerca de un metro ochenta,
un poco más alto que yo. ?¿QUÉ HACÉS ACÁ? ¿CÓMO ENTRASTE HIJO DE..? No
pude terminar la frase otra vez, aquel individuo volteó el rostro y entonces
terminé de rodillas en el piso... temblando... Su rostro mostraba simplemente
una calavera blanca, pulida y hueca. Lentamente una mano salió a relucir sus
dedos descarnados, la llevó a su boca e hizo un gesto pidiendo
silencio. Pensé que eran mis últimos minutos...
?No voy a lastimarte. Sólo te pido que hagas silencio ?me dijo,
susurrando. ?¿Voy a morir? ?pregunté con voz temblorosa. ?No, aún no te
llegó la hora. ?¿Qué querés? ?Esconderme, claro. ¡Shhhhhhhhhhhh! ¿De
qué o de quién querría esconderse la Muerte? ¿A quién podría tenerle miedo? ¿A
Dios quizás? Mi temor se fue diluyendo un poco detrás de las preguntas, y la
curiosidad le ganó espacio. Venciendo la impresión me incorporé lentamente
mientras la Muerte se acercaba a la ventana y espiaba por la rendija. Mi
respiración agitada recuperaba algo de ritmo normal, ya casi no escuchaba mi
corazón saliendo por los oídos. ?¡Guau! ?pensé? estoy viendo a la Muerte en
mi habitación, pero...? ?¿Venís a buscar a alguien? ?¡SHHHHHHHHHHHH! ?me
hizo un gesto desesperado, se acercó en rápidos pasos hasta mí y me rodeó
pasando un brazo huesudo por encima de mis hombros, me trajo hacia ella cara a
cara. Empecé a temblar otra vez. ?No quiero que me encuentre. ?¿Que te
encuentre quién? ?Mi Muerte.
|
|
Páginas
(1)
2
3
|
|
Consiga Cuando los sueños cuentan de Esteban Altamirano en esta página.
|
|
|
|
|