Mediante la promoción de la justicia, también es
posible que los tribunales puedan algún día disuadir la violencia
política. Hay tribunales nacionales que ya han comenzado a extender su
jurisdicción para juzgar crímenes de lesa humanidad cometidos en
otros países.
Alentar la negociación
Sin embargo, al decidir quien tiene razón y quién
está equivocado, el árbitro corre el riesgo de hacer aún
más tensa la relación entre las partes.
Paradójicamente, la función de los árbitros consiste en
alentar un acuerdo negociado, siempre que sea posible y adecuado. En una disputa
entre empleados que apelan a la decisión de un jefe, este puede
exhortarlos a que primero traten de resolver la cuestión por sí
mismos; un juez puede hablar con las partes en privado e indicarles que, antes
de volver al tribunal, intenten la mediación. Para ayudar a las partes,
el árbitro puede incluso sugerir una norma o procedimiento equitativo que
enmarque las conversaciones. Un gerente puede especificar el costo y los niveles
de calidad que quiere que satisfagan dos departamentos en disputa sobre el
diseño de un producto. Si dos niños se pelean por un trozo de
torta, la madre puede decir: "Muy bien, Pablo, tu corta la torta y tu
Mariel, elige primero tu porción".