Enfocar tiempo y energía: Saber conservar tiempo
y energías para ocuparse de asuntos específicos, decisiones y
problemas que necesitan su atención personal. Concentrarse en un
número limitado de asuntos importantes.
Jugar el juego del poder: Identificando a los
corredores de indiferencia corporativa. El buen negociador debe tomar
perspectiva desde la distancia adecuada. Poseer un adecuado sentido del
tiempo.
Manejar el arte de la incertidumbre: Implica
resistencia a ser preciso en términos autoritarios ya que esto
supondría fechas y exigencias que la dinámica puede impedir
cumplir, el negociador debe navegar con soltura en la incertidumbre.
Salir del paso con un propósito: Vislumbrar
relaciones y oportunidades entre el flujo de problemas operativos y decisiones.
Actitud basada en el optimismo y la perseverancia. Evitar todo tipo de debates.
Gran tolerancia hacia la ambigüedad.
Transitaremos por estos cinco talentos durante la lectura,
ubicando el CRONOS y KAIRÓS (el tiempo y la
oportunidad) factores fundamentales en el eje sobre el que se desliza
nuestra propuesta que es la PERCEPCIÓN.
Sin duda habremos escuchado "Todo es según el
cristal con que se mira", adherimos a ello y desarrollamos nuestra
propuesta aportando principios técnicos, principios científicos y
experiencia.