Además, existen un sin fin de indicios que prueban la realidad de
aquella hecatombe. Desde el punto de vista humano, la gran migración de los
sobrevivientes hiperbóreos, fue dejando en su camino, cantidad de pequeños focos
de civilización; los celtas, en la actual Europa, los sumerios, los caldeos, los
asirios y otros pueblos de la Persia, fueron descendientes de aquellos
emigrantes Arios.
Con el tiempo, algunas familias que, en su paso por aquellas
regiones del Asia menor, conservaron su pureza étnica, continuaron su camino y
llegaron al norte de la India, radicándose en la gran meseta central del
Decam
Durante el transcurso de su migración, se regían por un consejo de
jefes; pero, al asentarse definitivamente en esa zona de la gran península
indostánica, volvieron a separarse por familias.
Los descendientes de aquellos primitivos
jefes, ahora se llamaban Rajaes, y el más importante de ellos, Rey o
Maharajá.
Siglos más tarde, cuando por los cielos de la India, comenzaron a
verse las mitológicas navecillas circulares rodeadas de encandilantes luces; los
eruditos del palacio real, excitados y felices, informaron a su majestad, que de
acuerdo a las profecías, los Dioses del cielo habían regresado.
En los antiguos libros sagrados, donde se menciona aquella
epopéyica hecatombe que, varios miles de años atrás motivara la total migración
Aria, los estudiosos ya habían leído menciones sobre aquellos mitológicos
"Vimanas", las naves voladoras de los Dioses.
En muchos lugares de la Tierra, descendieron esos raros y
luminosos "pájaros de fuego". Varias de estas navecillas descendieron en la
India y en ellas llegaron Dioses científicos.
A los recién llegados, el Rey les invitó a alojarse en su palacio.
Entre ellos venía un matrimonio de doctores especialistas en una desconocida
ciencia. la Genética humana. El Dr. Whisnu Utgard y su esposa la Dra. Lacmi,
quienes, enseguida trabaron una cordial amistad con el joven soberano y su
esposa. Tiempo más tarde la doctora Lacmi revisó a su reciente amiga, la reina
Yanina, confirmándole que tenía un embarazo de seis meses y el bebé sería una
niña.
Su esposo el Dr. Whisnu, felicitó al Maharajá y le informó que el
próximo nacimiento sería el de una futura princesa.