Prefacio
El enfoque sistémico es una manera de concebir las cosas, así
como de abordar y formular problemas. Se caracteriza por concebir todo objeto
como una totalidad compleja o un componente de tal. Por consiguiente, quien
adopta este enfoque intenta descubrir los diversos aspectos de una cuestión, así
como los problemas relacionados con ella. Evita así las visiones unilaterales o
sectoriales, y las correspondientes soluciones simplistas.
El enfoque sistémico es una alternativa tanto al individualismo
(atomismo), como al totalismo (holismo). Admite la necesidad de estudiar los
componentes de un sistema pero no se limita a ellos. Y reconoce que los sistemas
poseen características de las que carecen sus partes, pero aspira a entender
esas propiedades sistémicas en función de las partes del sistema y sus
interacciones, así como en función de circunstancias ambientales. En otras
palabras, el enfoque sistémico invita a estudiar la composición, el entorno y la
estructura de los sistemas de interés.
Aplicado a la sociedad, el enfoque sistémico nos la muestra
como un sistema extremadamente complejo compuesto por subsistemas interactuantes
e interdependientes, tales como la familia, la empresa, la escuela, el club, la
administración pública y el partido político. Estos sistemas están compuestos
por individuos capaces de amar, odiar, imaginar, argüir, evaluar, decidir y
actuar. Son cualquier cosa menos los entes pasivos, juguetes de los vendavales
históricos, que nos pinta el totalismo. Pero, por estar ligadas entre sí y por
estar constreñidas por normas de diversas clases, las personas nunca son
totalmente independientes y libres. Interactúan, y estas acciones mutuas hacen
que los sistemas sociales sean interdependientes y dinámicos.
La concepción sistémica de la sociedad estimula la
investigación de las propiedades y procesos peculiares de los sistemas sociales,
así como la conducta social de sus miembros. Explica al individuo por la
sociedad y a ésta por aquél. En general, en lugar de limitarse exclusivamente a
lo microsocial o a lo macrosocial, los combina: muestra cómo la estructura
social condiciona la acción individual y cómo ésta a su vez, sostiene o modifica
a aquélla.