Los eventos bioquímicos pueden originar otras alteraciones
bioquímicas y de la fisiología del organismo (alteraciones de la secreción
endocrina y de la producción de neuromediadores, daños al sistema inmunológico y
a nivel cromosomal, así como a los mecanismos reguladores de la apoptosis
celular e incrementos de la proliferación celular, entre otros) que serían
objeto de estudio de la biología celular y de la fisiología. Se ha planteado
que, a su vez, estas alteraciones fisiológicas podrían originar una serie de
condiciones patológicas que pueden ir desde la aceleración del envejecimiento
hasta enfermedades degenerativas y neoplásicas, que ya formarían parte del área
de estudio de la medicina.
Como podemos apreciar, para que el médico logre una adecuada
comprensión de este problema es necesario dilucidar un sinnúmero de
interrogantes que existen en el terreno de las denominadas ciencias básicas,
pues el estudio de este fenómeno complejo que constituye la interacción entre
CEMs y sistemas biológicos presenta, aun en nuestros días, numerosos puntos
oscuros, tanto desde el punto de vista físico, como bioquímico o
fisiológico.
También el estudio de los mecanismos de acción de la acupuntura
y la homeopatía es un aspecto que se torna de difícil comprensión en la
actualidad. Investigaciones realizadas evidencian que se trata de fenómenos
electromagnéticos que tienen lugar en el organismo, pero dado el bajo nivel de
conocimiento existente acerca de dichos fenómenos se torna extremadamente
difícil cualquier avance en este sentido.
Existen trabajos que apuntan a la posibilidad de que los seres
biológicos, incluido el hombre, sean sensibles a campos electromagnéticos como
el terrestre, mediante el estudio de la capacidad de encontrar el norte
magnético bajo diferentes condiciones, (investigaciones realizadas por el Dr. R.
Baker de la Universidad de Manchester) y el lunar, a través de estudios sobre la
sensibilidad de diferentes organismos acuáticos a las fluctuaciones diarias del
campo magnético lunar (investigaciones realizadas por el profesor F. Brown,
Northwestern University), pero igualmente se hace difícil explicar cómo es
posible que el organismo logre esta sensibilidad.