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Si por ventura alguno viere que hablo mal contra los tiranos o
de ellos, o de los grandes latrocinios y robos que hacían, o que me alargo en
lamentar las miserias de mi Patria, algo más de lo que la ley de la verdadera
historia requiere, suplícole dé perdón al dolor que a ello me fuerza; porque de
todas las ciudades que reconocen y obedecen al imperio de los romanos, no hubo
alguno que llegase jamás a la cumbre de toda felicidad, sino la nuestra; ni hubo
tampoco alguna que tanto miseria padeciese, y al fin fuese tan miserablemente
destruida.
Si finalmente quisiéramos comparar todas las adversidades y
destrucciones que después de criado el universo han acontecido con la
destrucción de los judíos, todas las otras son ciertamente inferiores y de menos
tomo; pero no podemos decir haber sido de ellas autor ni causa hombre alguno
extraño, por lo cual será imposible dejar de derramar muchas lágrimas y quejas.
Si me hallare alguno tan endurecido, y juez tan sin misericordia, las cosas que
hallará contadas recíbalas Por historia verdadera; y las lágrimas y llantos
atribúyalos al historiador de ellas, aunque con todo puedo maravillarme y aun
reprender a los más hábiles y excelentes griegos, que habiendo pasado en sus
tiempos cosas tan grandes, con las cuales si queremos comparar todas las guerras
pasadas, Parecen muy pequeñas y de poca importancia, se burlan de la elegancia y
facundia de los otros, sin hacer ellos algo; de los cuales, aunque Por tener más
doctrina y ser más elegantes, los venzan, son todavía ellos vencidos por el buen
intento que tuvieron y por haber hecho más que ellos. Escriben ellos los hechos
de los asirios y de los medos, como si fueran mal escritos por los historiadores
antiguos; y después, viniendo a escribirlos, son vencidos no menos en contar la
verdad de lo que en verdad pasó, que lo son también en la orden buena y
elegancia; porque trabaja cada uno en escribir lo que había visto y en verdad
pasaba; parte por haberse bailado en ello, y parte también por cumplir con
eficacia lo que prometían, teniendo por cosa deshonesta mentir entre aquellos
que sabían muy bien la verdad de lo que pasaba.
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Las guerras de los judíos
de Flavio Josefo
ediciones elaleph.com
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