Pero además de estas sorpresas, hay otras cuestiones menos
anecdóticas. Si bien el acervo bibliográfico es enorme, los masones son
indiferentes a su propia historia e ignoran, incluso, a sus críticos. Los miran
con cierta sorna y desdén. En 1925 el pensador alemán August Wolfstieg reunió
54.000 títulos bibliográficos dedicados a la francmasonería. La Biblioteca del
Congreso de la Nación, la Biblioteca Nacional y la Biblioteca de la Gran Logia
de la Argentina, que consulté para esta investigación, reúnen más de un millar
de libros, folletos, documentos y escritos sobre el tema. Esto sin contar los
más de dos mil libros de actas de logias, capítulos, areópagos y otras
instancias institucionales, correspondientes al período 1857-1957, guardados en
la Gran Logia y en el Archivo del Supremo Consejo del Grado 33. Y además los
archivos existentes en las logias de distintos puntos del país, especialmente
Mendoza, Rosario, Tucumán, Corrientes, Paraná, Mar del Plata, Bahía Blanca,
Carmen de Patagones, Misiones, Río Negro, entre otros.
Los masones parecen, incluso, poco interesados en abrir sus
archivos a los historiadores e investigadores profesionales, dificultando la
reconstrucción de hechos, personas y circunstancias. Cuando lo hacen es posible
conocer obras sistemáticas como las de Antoine Faivre, René Le Forestier, Serge
Hutin, Pierre Barrucand.
Masonería y política
Otro problema que dificulta la investigación es que en el
ámbito masónico convergen múltiples personalidades de la política y la cultura
mundial, exponentes de doctrinas, ideologías e intereses muchas veces
contrapuestos.
En la misma masonería chilena revistaban el socialista Salvador
Allende y el conservador Jorge Alessandri; en la de Guatemala, convivían el
presidente de izquierda Jacobo Arbenz y su adversario, Carlos Castillo Armas,
quien contribuyó a su derrocamiento. Sin embargo Castillo Armas, al asumir el
poder, prohibió a la masonería. El rebelde Augusto César Sandino pertenecía a la
masonería nicaragüense y los norteamericanos inscribieron en la suya al jefe de
la Guardia Nacional y luego dictador, Anastasio Somoza.