Dedicada a todos los sedientos de amor, en las trece
cartas que escribe a su desconocido amigo, relata las andanzas y aventuras
galantes de una protagonista femenina voluptuosa, refinada, extravagante y
transgresora, y no sólo en lo que hace a su sexualidad sino a su irreverente
actitud militante en lo político y social, que la llevó a unirse al ideólogo
Bakunin y al poeta Heine en las barricadas de la insurrección anarquista de
Dresden en 1848 que la arrastró el destierro. Se retiró voluntariamente a la
vida privada hasta 1856, cuando volvió a reaparecer como soprano en Berlín para
recuperar en el arte la felicidad que el amor y la vida le negaban.
El tiempo de la cantante fue el tiempo de la revolución industrial, de los
vertiginosos cambios tecnológicos, de la agitación, de la convulsión social y
del nacimiento de las nuevas ideas políticas y económicas que marcarían los
cambios en la segunda mitad del siglo XIX y los del convulsionado siglo
XX.