Arquímedes.- Decir a propósito de su
nombre: "¡Eureka! Dadme un punto de apoyo y moveré al mundo". También existe el
tornillo de Arquímedes pero nadie se ha preocupado por saber en qué
consiste.
Arquitectos.- Todos imbéciles. Siempre
olvidan la escalera de las casas.
Arquitectura.- Sólo hay cuatro órdenes
de arquitectura. Por supuesto, no se cuentan el egipcio, el ciclópeo, el asirio,
el hindú, el chino, el gótico, el romano, etc.
Arrabales.- Terribles en las
revoluciones.
Arsénico.- Se encuentra en todas partes
(recordar a Madame Lafarge). Sin embargo; hay pueblos que lo comen.
Arte.- Lleva al hospital; y lo peor es
que no sirve de nada, pues se lo reemplaza por la mecánica, que produce mejor y
más rápido.
Artistas.- Todos farsantes. Ponderar su
desprendimiento (obsoleto). Asombrarse de que se vistan como todo el mundo
(obsoleto). Ganan sumas fabulosas, pero las tiran por la ventana. Se los invita
con frecuencia a cenar afuera. La mujer que es artista no puede resultar sino
una rarnera. Lo que hacen no se puede llamar trabajar.
Asesino.- Siempre cobarde, incluso
cuando ha sido intrépido y audaz. Menos culpable que un incendiario.
Aspid.- Animal conocido por la cesta de
higos de Cleopatra.
Astronomía.- Hermosa ciencia. Sólo es
útil para la marina. A este respecto, reírse de la Astrología.
Ateo.- Un pueblo de ateos no podría
sobrevivir.
Atuendo.- (de las mujeres). Perturba la
imaginación.
Autor.- Se debe "conocer autores"; es
inútil saber sus nombres.
Avestruz.- Digiere las
piedras.