"Ayer fue cuando vine a dar remate a una parte del cual, el
principio, se hallaba en Boston, mientras la otra, el final, aún en las
profundidades de mi cerebro, en esta ciudad de Salem; de modo que, como Vd. ve,
la historia tiene por lo menos catorce millas de largo.
Algunas partes están escritas con vigor; pero mis producciones
nunca se han dirigido ni se dirigirán jamás a los sentimientos generales de la
humanidad, y por lo tanto no serán nunca muy populares; y si bien hay personas
que gustan mucho de mis escritos, hay otras a quienes les son completamente
indiferentes y no encuentran en ellos nada digno de notarse. Precede a este
libro una introducción (La Aduana) en la que bosquejo mi vida de empleado: hay
de vez en cuando en esta unas pinceladas, que acaso la hagan más interesante que
la historia misma, la cual es en extremo sombría."