NOTA DE FERNANDO
Un
buen día, de entre las sombras silenciosas de este blog, en sus primeras semanas
de andadura, respondió una voz conocida, con ecos alargados desde cerca de
sesenta años atrás, de cuando se inició el primer encuentro y se anudó una
amistad, distanciada después en los espacios materiales de la vida;
interrumpidos y sueltos en el tiempo los hilos
comunicativos del que había sido, durante años sucesivos, fecundo diálogo. Era
la voz de mi viejo amigo José María.
Y este es el milagro
técnico y humano del blog, un desafío -del espíritu y la técnica conjuntados- al
paso corrosivo del tiempo: espacio magnético y nueva dimensión mágica de nuestra
existencia, que reagrupa a los distantes, hace presente a los ausentes, propicia
encuentros inesperados, reanuda diálogos dispersos, acerca corazones y mentes,
se abre -como el campo extendido- a la siembra de las palabras y a la lluvia enriquecedora de
los pensamientos fecundantes, los que hacen germinar sentimientos compartidos.
De todo lo que este blog (en el que hemos querido recuperar y entrever el
espíritu helénico del "Ágora") es solamente un somero y manso
testimonio).
Fernando
Jiménez Hernández-Pinzón