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Introducción
¿Por qué es importante para nosotros desarrollar estos temas, si para tocar el piano basta con bajar las teclas y eso no parece tan complicado? ¿Y por qué mencionar el concepto “de los dedos al cerebro”, o “de los dedos a los martillos”? Analicemos en primer lugar dos aspectos:
1) En general los instrumentos, incluida la voz, requieren de una gran preparación física, y tan sólo para obtener un buen sonido. 2) En general el contacto con el instrumento es directo; la producción del sonido es también directa.
Sin embargo, aunque parece sencillo producir sonido en un teclado, la realidad a enfrentar para el desarrollo de un pianismo completo es mucho más compleja. El primer punto es el hecho de que en un piano nunca accionamos el elemento emisor (los martillos) en forma directa, sino que bajamos las teclas, y es en ellas donde se inicia una sorprendente y compleja cadena de movimientos que llevan los martillos hacia las cuerdas para producir el sonido. En otras palabras, en el piano nuestra intervención no es directa, sino indirecta. Una vez que bajamos una tecla, la máquina “cobra vida propia” y nos entrega el sonido. Es por ello que hablaremos de los canales necesarios para el desarrollo técnico, desde el conocimiento práctico de la máquina del piano hasta el sistema neurofisiológico que opera en los movimientos de nuestro cuerpo. Podemos decir que “de los dedos a los martillos y de los dedos al cerebro”, o sea, desde el cerebro a los martillos, se establece una conexión completa que nos permite perfeccionar nuestro sistema y abordar el desarrollo musical. En otras palabras, nuestra técnica pianística. Consideramos también que la técnica debe ser saludable, para lograr una ejecución natural y fácil, sin dificultad, incomodidad o fatiga. Libre de lesiones, dolores o tensión (entendemos el término “tensión” como trabajo muscular excesivo o innecesario). La técnica saludable no es una habilidad natural: es una habilidad adquirida (se aprende), basada en leyes naturales y en la biomecánica de los movimientos. Debe estar libre de cuestionamientos acerca de lo que es correcto o incorrecto, y debe tender a una eficiente coordinación del sistema muscular/óseo con el mecanismo del piano. Los siguientes son algunos de los resultados que pueden esperarse al desarrollar una técnica saludable: —Sensación de bienestar físico al tocar. —Velocidad, facilidad y sensación de ejecución sin esfuerzo. —Potencia sonora, rango dinámico y “paleta” sonora (variedad colorística de matices). —Mayor concentración, menor ansiedad y reducción del “stress de concierto”. —Mayor eficiencia en la práctica, al reducir la repetición de pasajes y el tiempo invertido para el estudio. —Reflexión y solución intelectual de pasajes previos a la práctica. —Flexibilidad física e intelectual para ajustarse a las diferentes situaciones pianísticas.
En síntesis, desarrollaremos todos los aspectos presentes en el siguiente concepto: “La técnica saludable es una habilidad adquirida basada en leyes naturales, y que debe incluir el conocimiento del funcionamiento de la máquina del piano y los estados musculares, de manera de aplicar con eficiencia los cinco toques pianísticos y el sistema de brazo-muñeca-mano. Está conformada por elementos visibles y no visibles.” Todas estas características y elementos constitutivos de la técnica pianística convergen en realidad en el punto central de la creación del sonido: la tecla. Ahí es donde debemos desarrollar la conciencia de los tres momentos de la producción del sonido: descenso de la tecla, control intencional del tiempo en que la tecla queda descendida y al final su ascenso.
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