|
|
Páginas
1
(2)
|
|
El principal defecto de los miembros de aquella
asociación, era su decidido empeño de permanecer aislados. Claro
es que al reducirse voluntariamente dentro del círculo de una existencia
uniforme, y al permanecer, como ellos lo hacían, apartados de toda
relación exterior, perdían necesariamente la ventaja, de encontrar
esas ocasiones que tan oportuna y útilmente vienen algunas veces a
colocar una escala, bajo el pie de los que pretenden asaltar los
obstáculos. En las costumbres de la vida moderna, y cuando el artista no
ha salido de su fase de obscuridad, debe éste reunir, además del
talento que puede producir una obra, la inteligencia y actividad necesarias para
ponerla en evidencia. Sin embargo, existen ciertas naturalezas que retroceden
ante las exigencias de la vida práctica. Incapaces de intentar
ningún esfuerzo que acredite su existencia, sea por indolencia natural o
por ignorancia de los medios que deben de emplear, prolongan o hacen perpetuo
ese estado de vida anónima que es para el talento lo que el follaje para
la luz. Los Bebedores de agua pertenecían a esa raza de solitarios
obstinados que se conforman con los goces de la vida contemplativa. Recluidos en
la práctica de su arte, el mundo concluía para ellos, en los muros
de su habitación o de su taller; debido a lo cual les era, forzoso
soportar la influencia del incógnito, atmósfera malsana que
entumece a los más activos, exaspera a los más pacíficos, y
que a veces llega a asfixiar. A las personas secuestradas voluntariamente, en un
lugar estrecho y cerrado que se quejasen de falta de aire, les
respondería lógicamente el primero que llegase: "¡Abran
ustedes las ventanas!" Así, cuando Los Bebedores de agua,
descorazonados, dejaban escapar como una recriminación lanzada contra su
destino, esta lamentación trivial: "¡No tenemos suerte!"
podía habérseles respondido: "¡Abran ustedes la
puerta!" pues no solamente la tenían cerrada, sino que echaban, por
decirlo así, el cerrojo por dentro.
Si hemos recordado aquí los principios que regían
a aquella sociedad singular, ha sido para que sirvan mas de una vez de
explicación a esas luchas dolorosas de la inteligencia, con la necesidad,
en medio de las cuales nos llevan los relatos que van a leerse.
Abril de 1855.
E. M. |
|
Páginas
1
(2)
|
|
Consiga Los bebedores de agua de Enrique Murger en esta página.
|
|
 | |
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
|
|
|
Los bebedores de agua
de Enrique Murger
ediciones elaleph.com
|
Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
|
|
|
 |
|