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Cada cuadra recorrida, cada grano de fría nieve caída sobre sus cabezas, serían luego desdibujados por las torpes expresiones de Max. ¡Por eso las imágenes más desagradables serían justificadas confusamente! Max y René, serenos al recorrer los hoteluchos de Nueva York, simularían entender las indicaciones de los americanos para que la nostalgia, así desplazada, no trajera molestos recuerdos de los seres queridos. El lenguaje en que hablaban los neoyorquinos les había resultado ininteligible pero el modo de ser de ciertos hombres, en ciertos lugares, a ciertas horas, sería perfectamente captado por Max, y también por René, quien por lo visto logró chapucear lo suficiente como para concretar precios y variaciones.
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Consiga Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma de Alejandro Margulis en esta página.
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Está viendo un extracto de la siguiente obra:
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Quién, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma
de Alejandro Margulis
ediciones Voyeur
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