El Tumba se retiró a unirse con sus
hermanos i todos volvieron a ampararse en el follaje del bosque i en la altura
de ramas vigorosas. Mui temprano, al día siguiente, decidieron que su destino
era libertar a ese pequeño pueblo de su humillante cautiverio. Si bien ellos no
eran gigantes, tenían buenas tallas, eran mui sagaces, manejaban bien sus armas
elementales, i eran tan fuertes que de ello provenían sus apodos. Acordaron
atacar inmediatamente a los gigantes, asaltándolos por tres partes: frente,
flanco izquierdo i retaguardia. Así lo hicieron.
Se desarrolló un combate tremendo. Uno
de los gigantes logró aprisionar en una mano a Tumbacasas i lo iba a triturar,
pero Tumbaárboles logró desgajar una gruesa rama i con ella partió la cabeza del
gigante, lo que también hizo con otro, mientras Tumbacasas derribaba sobre otros
la pesada casa de troncos en que se habían refugiado huyendo de la persecución
de Tumbacerros que levantaba en vilo las enormes rocas dispersas i las lanzaba
contra ellos. Solamente dos habían quedado con vida i lograron fugar, pero al
descender del cerro descuidadamente, el uno se dejó alcanzar por una enorme ave,
mientras el otro, en el claro que existía al pie del cerro, fue ultimado por un
enfurecido saurio.
----------