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La normalidad y la generalidad, en el campo social, son los
dos elementos básicos que dan sustento a las leyes que regulan la convivencia
armónica del ser humano en el seno de una comunidad, por lo que se podría llegar
a confundir la manera de pensar y, de ese modo, pensar en la corrupción
económica de tal manera que puedan sentarse las bases para sancionar una ley de
carácter universal que diga: "La corrupción es inherente al ser humano, es
universal y general, es necesaria para nuestra subsistencia, porque sin ella no
podemos vivir -como la necesidad de respirar-, por ende a partir de hoy ser
corrupto económico no es delito y por lo tanto no estará penado por ninguna ley.
Quien por motivo de corrupción económica castigue, margine, encarcele o
discrimine, violará los derechos humanos universales y todos los pactos y
tratados sobre el derecho de vida de los hombres" Obviamente esta ley no existe, pero sí existe ese pensamiento en el
inconsciente colectivo de gran parte del mundo y hace que el sentimiento de
culpa se diluya ante los hechos de corrupción
económica. |
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Consiga La corrupción, nuestra corrupción de Miguel Ángel Busquets en esta página.
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