Introducción
La corrupción, dentro de su aspecto económico, es un
fenómeno universal de todos los tiempos. Siempre existió y existirá, como parte
de la naturaleza humana.
Para los que somos del mundo occidental, ya la Biblia habla
de ella cuando comenta sobre los ricos y los pobres al pasar por el ojo de una
aguja. Si nos remitimos al diccionario corrupción significa acción y efecto de
corromper. Soborno; de lo que se desprende que corrupción es alterar de una
forma u otra alguna cosa, en este caso particular, la economía global, que será
objeto de análisis de las siguientes líneas.
Pero a pesar de su carácter universal en los últimos años
observamos que cada vez los hechos de corrupción son más frecuentes y visibles,
en su mayoría insertos en los altos sectores del poder
político-económico.
Analizar el problema de la corrupción económica es hacer
historia y observar cómo ha ido cambiando la visión del hombre sobre su
universalidad, sobre sus relaciones personales, sobre sus organizaciones, sobre
las naciones y el mundo.
Tratar de comprender la corrupción económica sin tener en
cuenta estos parámetros es simplemente aislar el problema y no tratarlo desde su
esencia.
En la actualidad es muy común observar los impactantes
titulares de los principales medios gráficos sacando a relucir determinado hecho
de corrupción; a la vez ese mismo hecho pierde rápidamente trascendencia cuando
al día siguiente es sacado a la luz otro asunto ilícito. La vorágine y
continuidad de estos actos crean en el individuo común una tendencia a
considerar que "todos", específicamente los funcionarios del poder político de
turno, son corruptos y que la corrupción económica forma parte del orden natural
del sistema democrático.