-Sí, muy cerca.
-Y ¿cómo se explica...? su presencia, quiero decir.
-Había venido a visitarle para ir a cazar y a pescar. Además,
también quería estudiar su tipo de vida, tan extraña y solitaria. Parecía un
buen modelo para un personaje de novela. A veces escribo cuentos.
-Y yo a veces los leo.
-Gracias.
-Cuentos en general, no me refería sólo a los suyos.
Algunos de los presentes se echaron a reír.
En un ambiente sombrío el humor se aprecia mejor. Los soldados
ríen con facilidad en los intervalos de la batalla, y un chiste en la capilla
mortuoria, sorprendentemente, suele hacernos reír.
-Cuéntenos las circunstancias de la muerte de este hombre -dijo
el juez-. Puede utilizar todas las notas o apuntes que desee.
El joven comprendió. Sacó un manuscrito del bolsillo de su
chaqueta y, tras acercarlo a la vela, pasó las páginas hasta encontrar el pasaje
que buscaba. Entonces empezó a leer.