Por cada familia que está en el campo, cada año vuelven a la
Ciudad veinte de sus miembros que han permanecido dos años en las tareas
agrícolas, a los que sustituyen otros veinte familiares de la Ciudad para que se
ejerciten en la Agricultura, de manera que los que ya son expertos por haber
residido un año, amaestran a los recién llegados, los cuales a su vez
instruirán, a otros al año Siguiente. Así todos los habitantes de la isla son
expertos en los trabajos del campo, y se puede echar mano de todos ellos para
las tareas de la recolección.
Y aunque esta manera de renovar el personal agrícola se ordena
a que nadie lleve esta Vida dura por más tiempo de dos años, no por esto los que
se complacen en la agricultura dejan de permanecer allí más años.
Los labradores cultivan el terreno, cuidan el ganado y demás
animales, cortan leña y la conducen a la ciudad por tierra o por mar, según más
convenga. Sacan con admirable artificio una infinidad de pollos, sin que los
tengan que empollar las gallinas, ya que con calor proporcionado los incuban y
después los hombres los abrigan y los cuidan. Crían pocos caballos, muy fieros,
de los que únicamente se sirven para la guerra, ya que las labores de cultivo y
acarreo las realizan con bueyes, que aunque sean más, lentos que los caballos
son más sufridos y menos sujetos a enfermedades, además de que ocasionan menos
gasto, y cuando pierden fuerzas se pueden comer.
Siembran solamente trigo. Beben vino de uvas y sidra, o agua
pura, o cocida con regaliz, de la que disponen en gran abundancia. Y aunque
producen todas cuantas vituallas se consumen en la Ciudad y en sus contornos,
siembran bastante más para poder socorrer a otros países vecinos.
Todos los instrumentos de labranza se los proporcionan en la
Ciudad por conducto del Magistrado, sin abonar nada por ellos. Muchos campesinos
concurren todos los meses a las fiestas solemnes. Cuando llega el tiempo de la
siega, los jefes de la labranza indican al Magistrado el número de los que han
de enviar a segar, y acudiendo todos a una en tiempo sereno, casi en un día
siegan todos los campos.