El territorio de las naciones del Plata, al este del río Uruguay, ya ostentaba en tiempo de los españoles el nombre de Banda Oriental y en la actualidad, en tanto no forma parte del Brasil, constituye un estado independiente: la. República Oriental del Uruguay. Sus habitantes se denominan lisa y llanamente orientales. Los españoles sostuvieron largas guerras con los portugueses por la posesión de este pequeño país. Los lusitanos siempre evidenciaron su ambición de asentarse asimismo en el río de la Plata. Varias veces conquistada por ellos y otras tantas perdidas, acabó por ser entregada definitivamente a la corona de España en 1777 a raíz de la Paz de San Ildefonso. En tiempos recientes, Brasil intentó renovar los apetitos de sus antepasados, pero su persecución no fue más feliz que la de los portugueses. Sólo pudo apoderarse de una pequeña parte nororiental de la antigua posesión española, pero la incorporación de todo el país ha sido obstaculizada hasta ahora, principalmente por la influencia de Inglaterra. Además, la rivalidad de los estados vecinos imposibilitará despojar a la Banda Oriental de su autonomía. Al igual que el Paraguay, ese pequeño país tiene asegurada su existencia por el hecho que cada uno de sus grandes vecinos quisiera anexárselo y por ello ninguno lo logrará.
A modo de una diagonal, el río Negro atraviesa el país de nordeste al sudoeste, un río de longitud similar a nuestro Oder, que divide a la Banda Oriental en dos mitades algo distintas; la parte sud, más grande, termina en el mar y en el río de la Plata, la septentrional, más pequeña, es limitada por el río Uruguay al oeste. Las dos porciones limitan al norte con la provincia brasileña de Río Grande. En su conjunto, el territorio es un llano algo accidentado, cruzado por angostas cuchillas rocosas de escasa elevación, ondulado, con terrazas, praderas de pastos y ausencia total de bosques. A lo sumo, en las angostas cuencas de los cuantiosos ríos y arroyos que desembocan en parte en el mar y el río de la Plata y parte en el río Negro y el Uruguay, se encuentran arbustos bajos que más hacia el norte van transformándose paulatinamente en tupidas selvas a orillas del Uruguay, pero en ninguna parte presentan la fisonomía grandiosa y completa del bosque de las regiones tropicales del Brasil, cerca de la costa. El río Negro tiene su nacimiento en territorio brasileño a 31º 20' de latitud sud aproximadamente, pero enseguida penetra en la Banda Oriental y sigue la misma dirección hacia el sudoeste de la Cuchilla Grande hasta alcanzar su extremo, luego tuerce hacia el oeste en dirección al río Uruguay, pero muy cerca ya de su cauce vuelve a desviarse hacia el sud y antes de desembocar en el Uruguay rodea tina región ovalada de colinas, conocida con el nombre de Rincón de, las Gallinas. En ese lugar, la caballería española guardaba sus caballos y convirtió así al Rincón en un gran corral que fue la cuna de la productiva explotación pecuaria de esas regiones. El nombre de esa zona responde al hecho de haberse encontrado en ella una increíble cantidad de gallinas silvestres que fueron cazadas en masa. Aún hoy pasa por ser la mejor y más fecunda de todo el país. Frente al Rincón a orillas del río Negro se encuentra la pequeña ciudad de Mercedes, meta de mi excursión.
El 15 de diciembre viajé rumbo a Mercedes. En estas regiones existen cuatro maneras de viajar: como simple jinete con una bestia de carga y un sirviente; en coche, ya sea en cabriolé o en la diligencia y en lentas carretas tiradas por bueyes. Por varios motivos debí escoger la diligencia que recorre la distancia desde Montevideo a Mercedes en tres días. Se recorren cuatro a cinco leguas hasta llegar a determinadas postas, allí se cambian los caballos y en una de ellas preparada para tal fin se pasa la noche. En estas postas se brinda al viajero un lecho, una buena cena y también el desayuno. En las provincias argentinas no se encuentran estas comodidades. La estancia de la posta destinada a los pasajeros es en la mayoría de los casos un establo vacío y a lo sumo tiene algunos catres, una mesa y un par de sillas, pero la cama debe llevarla consigo cada viajero y pagar bastante por su transporte. Las comidas son malas y mezquinas y casi no se consiguen bebidas. El vino, el té, el café y todos los alimentos que se desee tomar con excepción de la carne, quedan a cargo de las propias provisiones del viajero.
