https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Fantasmas y otros cuentos" de Gustavo Stancanelli (página 2) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Sábado 04 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  (2)  3 
 


El hombre se incomodó y se reprochó por haber sacado el tema. Las cosas no estaban marchando bien. ¿Y si echaba todo a perder?
—¡Cuánto lo siento! Sinceramente.
—¡No! No lo sienta, creo que ni yo lo siento... era piloto de avión.
—¿Se estrelló?
La mujer abrió los ojos en medio de la oscuridad.
—No, no, para nada. Murió envenenado por un amante de mi madre.
—¿En serio me dice?
—¡Pues claro!
—¡Qué horror!
Un nuevo intervalo. Esta vez más largo que los anteriores.
—¿Y bien? ¿Se lo sigo describiendo? —no esperó la respuesta—. Es bastante sólido, muy cálido...
Y ella, que no aguantó más el circo montado, lo interrumpió con despecho:
—¿Pero con qué fin?
—Y... eh... ¿No le interesa saber qué tan grande es?
—Mmmmm...
—¿No es el tamaño lo que más le importa?
—No siempre... no se crea. Eso es relativo.
Roberto calló. Luego repuso:
—Sí, es verdad, tiene razón.
—De nuevo con el tema de la razón...
—Sí, de nuevo...
—Pero de la luz, ni noticias... disculpe, pero creo que me voy.
—¡No! ¡No se vaya! ¡Por favor! —y con desesperación le dijo—: ¡Tóquelo!
—¿Tocarlo? ¿Pero qué idea es esa? —la mujer juntó las cejas—. ¡No sé para que he venido!
—No se enoje, Enriqueta. No se vaya, tóquelo...
—En absoluto. ¡Qué estupidez!
De repente las lamparitas que colgaban del techo se despertaron.
Enriqueta, entusiasmada, aprovechando la providencia divina de la empresa de electricidad, lo miró, lo observó, lo estudió, y hasta tuvo ganas de tocarlo, pero...
—¿Sabe qué, Roberto?
El hombre tragó saliva.
—No sólo es chiquito y poco luminoso, sino que está lleno de humedad. Usted no puede venderle un departamento ni a un ciego. ¡Hasta luego!
 
Páginas 1  (2)  3 
 
 
Consiga Fantasmas y otros cuentos de Gustavo Stancanelli en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Fantasmas y otros cuentos de Gustavo Stancanelli   Fantasmas y otros cuentos
de Gustavo Stancanelli

ediciones deauno.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com