El desarrollo moral del hombre es la
primera intención del legislador; luego que este desarrollo llega a
lograrse, el hombre apoya su moral en las verdades reveladas y profesa de hecho
la religión, que es más eficaz cuanto que la ha adquirido por
investigaciones propias. Además, los padres de familia no pueden
descuidar el deber religioso hacia sus hijos. Los pastores espirituales
están obligados a enseñar la ciencia del cielo: el ejemplo de los
verdaderos discípulos de Jesús es el maestro más elocuente
de su divina moral; pero la moral no se manda, ni el que manda es maestro, ni la
fuerza debe emplearse en dar consejos. Dios y sus Ministros son las autoridades
de la religión que obra por medios y órganos exclusivamente
espirituales; pero de ningún modo el Cuerpo Nacional, que dirige el poder
público a objetos puramente temporales.
Legisladores, al ver ya proclamada la nueva
Nación Boliviana, ¡cuán generosas y sublimes consideraciones
no deberán elevar vuestras almas! La entrada de un nuevo Estado en la sociedad de los demás es un motivo de júbilo para el género humano, porque se aumenta la gran familia de los pueblos. ¡Cuál, pues, debe ser el de sus fundadores! ¡¡¡y el mío!!! viéndome igualado con el más célebre de los antiguos, -el Padre de la Ciudad eterna! Esta gloria pertenece de derecho a los creadores de las naciones, que, siendo sus primeros bienhechores, han debido recibir recompensas inmortales; mas la mía, además de inmortal, tiene el mérito de ser gratuita por no merecida. ¿Dónde está la república, dónde la ciudad que yo he fundado? Vuestra munificencia, dedicándome una nación, se ha adelantado a todos mis servicios; y es infinitamente superior a cuantos bienes pueden hacernos los hombres.
Mi desesperación se aumenta al
contemplar la inmensidad de vuestro premio, porque después de haber
agotado los talentos, las virtudes, el genio mismo del más grande de los
héroes, todavía sería yo indigno de merecer el nombre que habéis querido daros, ¡¡¡el mío!!! ¿Hablaré yo de gratitud, cuando ella no alcanzará jamás a expresar ni débilmente lo que experimento por vuestra bondad que, como la de Dios, pasa todos los límites? Sí: sólo Dios tenía potestad para llamar a esa tierra Bolivia... ¿Qué quiere decir Bolivia? Un amor desenfrenado de libertad, que al recibirla vuestro arrobo, no vio nada que fuera igual a su valor. No hallando vuestra embriaguez una demostración adecuada a la vehemencia de sus sentimientos, arrancó vuestro nombre y dio el mío a todas vuestras generaciones. Esto, que es inaudito en la historia de los siglos, lo es aun más en la de los desprendimientos sublimes. Tal rasgo mostrará a los tiempos que están en el pensamiento del Eterno, lo que anhelabais, la posesión de vuestros derechos, que es la posesión de ejercer las virtudes políticas, de adquirir los talentos luminosos y el goce de ser hombres. Este rasgo, repito, probará que vosotros erais acreedores a obtener la gran bendición del cielo -la Soberanía del Pueblo- única autoridad legítima de las naciones.
Legisladores, felices vosotros que presidís los destinos de una República que ha nacido coronada con los laureles de Ayacucho, y que debe perpetuar su existencia dichosa bajo las leyes que dicte vuestra sabiduría, en la calma que ha dejado la tempestad de la guerra.
Lima, a 25 de mayo de 1826.
Bolívar.