https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Un funcionario" de Vicente Blasco Ibáñez (página 6) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Lunes 29 de abril de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8  9 
 

Y miraba con repugnancia aquellas manos, cuyas palmas eran rojizas y grasientas. Restos, tal vez, de la limpieza reciente de que hablaba; pero a Yáñez le parecían impregnadas de grasa humana, del zumo de aquel centenar que formaba su lista.

-¿Y está usted satisfecho de la profesión? -preguntó para hacerle olvidar el deseo de lucir sus invenciones.

-¡Qué remedio!... Hay que conformarse. Mi único consuelo es que cada vez se trabaja menos. Pero ¡cuán duro es este plan!... ¡Si yo lo hubiera sabido...!

Y quedó silencioso, mirando al suelo.

-¡Todos contra mí -continuó-. Yo he visto muchas comedias. ¿Sabe usted? He visto que ciertos reyes antiguos iban a todas partes llevando detrás al ejecutor de su justicia, vestido de rojo, con el hacha al cuello, y hacían de él su amigo y consejero. ¡Aquello era lógico! El encargado de cumplir la justicia me parece que es alguien, y alguna consideración merece. Pero en estos tiempos todo son hipocresías. Grita el fiscal pidiendo una cabeza en nombre de no sé cuántas cosas respetables, y a todos les parece bien; llego yo después, cumpliendo sus órdenes, y me escupen y me insultan. Diga, señor: ¿es esto justo?... Si entro en una fonda, me ponen en la puerta apenas me conocen; en la calle todos rehuyen mi contacto, y hasta en la Audiencia me tiran el sueldo a los pies, como si yo no fuese un funcionario lo mismo que ellos, como si mi dinero no figurase en el presupuesto... ¡Todos contra mí! Y después -añadió con voz apenas perceptible- los otros enemigos... ¡Los otros! ¿Sabe usted? Los que se fueron para no volver, y, sin embargo, vuelven; ese centenar de infelices a los que traté con mimos de padre, haciéndoles el menor daño posible, y que..., ¡ingratos!, vienen a mí apenas me ven solo.

-¡Qué!... ¿Vuelven?

 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8  9 
 
 
Consiga Un funcionario de Vicente Blasco Ibáñez en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Un funcionario de Vicente Blasco Ibáñez   Un funcionario
de Vicente Blasco Ibáñez

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com