La única forma de derrotar al Dios del Miedo es discerniendo y
haciendo lo que nos da miedo. Si tenemos discernimiento nos va a ir muy bien y
si no vamos a reventar como sapos. Hay un lugar en que hay que elegir entre la
libertad y la esclavitud.
Lucas: Yo con la facultad empece muy
obsesivo. Nunca estuve así, no hay manera en que me alcance el tiempo. Hago todo
lo que puedo hasta donde llego. Estoy todo el día re-cansado, me levanto muerto.
Intelectualmente sé que estoy obsesivo pero no me sirve de nada. También veo
cuando me preguntan y con este tono digo no puedo más y de esa manera lo voy
alimentando.
Es solamente intelectual saber que estoy obsesivo, no es que me
joda, me es re-util para aprobar la facultad, eso lo tengo claro. Estoy así y me
ponen todas las materias que quieran, no tengo problemas pero me siento re-poco
libre. No me olvido de esto para nada.
RS: Si te acordás de esto y vas a la
facultad y te va bien, ¿Cuál es el problema?
Lucas: Quiero estar bien.
RS: Ese es el problema. ¿Porqué no vas
a estar cansado o ser un imbécil? ¿A quién le ganaste? Está bien, naciste
imbécil, aceptalo, qué vas a hacer.
El problema es que empiezan este trabajo y empiezan a descubrir
las estructuras que los joden. Pero tiene poco valor, porqué el problema siempre
es la meta-estructura que está más allá, más adentro, y lo que produce esa
estructura. Es un mecanismo constante de producir estructura. La única forma de
relacionarse con eso es darle poca importancia. La trampa más grande es la
esperanza, la ilusión, el querer ser feliz o estar bien.
No digo que de vez en cuando no estén bien, aunque generalmente
creen que están bien y en realidad es un estado maníaco. Pero de cualquier forma
cuando tienen la experiencia de estar bien, ¿Existe el futuro?