Trascender el miedo no es eliminarlo de nuestra vida.
Enfáticamente lo que digo es que el error principal donde el miedo se apodera de
nosotros es por la cantidad de tiempo que dedicamos a no sentirlo, entonces no
hay discernimiento. El famoso estrés, que tiene que ver con la ansiedad, es la
primera parte mas superficial que en definitiva es tener miedo por cosas que no
lo merecen, a nivel tal que se activa todo el mecanismo de supervivencia. Me
parece bárbaro que tengas esa realización y que empieces a luchar con ella.
Queremos que nos quieran, que nos aprueben, nos entiendan y
queremos estar a salvo. Todo imposible, absolutamente, en el cien por ciento de
los casos. De hecho si estamos vivos es porqué alguien nos amó, en los primeros
días de la vida es importante, es de vida o muerte pero ahora no lo es. Me
encanta que me quieran, que me aprueben. No me encantaría que me entiendan pero
constantemente me están interpretando y me tiro de los pelos, porqué creen que
me entienden y no lo hicieron, pero es distinto.
Te felicito. Ser cobarde es no darse cuenta que uno tiene miedo
de hacer las cosas y por lo tanto para no sentir miedo no las hace y peor aún
como en general no somos todos alfeñiques de cuarta, la acción surge. Entonces
¿De dónde surge la acción? De la ira y del odio, y entonces hacemos, o nos
hacemos, daño.
Entonces la valentía es tener miedo, discernir qué es lo
auténtico y esencial y hacer eso lo mismo. Es simple pero no es fácil. La
mayoría de las cosas que tienden a la liberación son simples pero no son
fáciles, nunca lo son.
Es muy difícil proceder a una acción desagradable o que va a
disgustar, doler o quitar al otro, sin recurrir a la fuerza de la ira, y ésta no
va de la mano del amor, no es posible. Más aún, montado sobre la ira no hay
mucho discernimiento y ¿Quién maneja el corcel? O lo maneja uno o se maneja
solo.
La relación con el miedo es muy sutil. El miedo no puede ser
derrotado en sus propios términos, o sea, no es posible derrotarlo pretendiendo
no experimentarlo.