Como
resultado de ello, aunque
nuestros cuerpos desencadenan
la misma reacción bioquímica ante una
circunstancia estresante, la desencadenan una y otra vez, regularmente, haciendo que la
respuesta contra el estrés sea más una
reacción crónica que una aguda. Esto
puede resultar peligroso: los
cambios biológicos, necesarios y beneficiosos, para manejar el estrés temporal (como
cuando cae el árbol), en caso de
que duren mucho tiempo, aumentan el riesgo de padecer una multitud de
enfermedades relacionadas con el estrés.
Es
este un ejemplo de la forma paradójica en que
funciona nuestro cuerpo: lo mismo que puede ayudarnos
es capaz de perjudicarnos. El término alostasis significa "mantener la homeostasis o
estabilidad, el equilibrio, mediante
el cambio". Ante el estrés el cuerpo
intenta corregirse a sí mismo
enfrentándose a los desafíos impuestos por la situación estresante y respondiendo de una
forma apropiada. Sin embargo, si la
respuesta no cesa cuando ya no es
requerida o si falla cuando resulta
necesaria, ocurrirá un desequilibrio. Cuando esto sucede, se habla de carga alostática.