https://www.elaleph.com Vista previa del libro "El amigo fiel" de Oscar Wilde (página 6) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Jueves 01 de mayo de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8 
 

-¡Palabra!- exclamó el molinero-. Eres muy perezoso. Cuando pienso que acabo de darte mi carretilla, creo que podrías trabajar con más ánimo. La pereza es un gran defecto y no quisiera yo que ninguno de mis amigos fuera perezoso o apático. No creas que te hablo sin consideración. Es cierto que no te hablaría así si no fuese amigo tuyo. Pero, ¿de qué serviría la amistad si no pudiera uno decir sinceramente lo que piensa? Todo el mundo puede decir cosas agradables y esforzarse en ser agradable y en halagar, pero un amigo verdadero dice cosas molestas y no teme causar pesadumbre. Por el contrario, si es un amigo leal, lo prefiere, porque sabe que así hace bien.

-Lo lamento mucho- respondió el pequeño Hans, restregándose los ojos y sacándose el gorro de dormir- Pero estaba tan cansado, que creía haberme acostado hace poco y escuchaba cantar a los pájaros. ¿No sabes que trabajo siempre mejor cuando he oído cantar a los pájaros?

-¡Bueno, tanto mejor!- replicó el molinero dándole una palmada en el hombro-; porque necesito que arregles la techumbre de mi granero.

Al pequeño Hans le era muy necesario ir a trabajar a su jardín porque hacía dos días que no regaba sus flores, pero no quiso decir que no al molinero, que era su mejor amigo.

-¿Crees que sería inamistoso decirte que tengo que hacer?- preguntó con voz humilde y tímida.

-No creí nunca, a fe mía- respondió el molinero-, que fuese demasiado pedirte, teniendo en cuenta que acabo de regalarte mi carretilla, pero por supuesto que lo haré yo mismo si te niegas.

-¡Oh, de ningún modo!- exclamó el pequeño Hans, saltando de su cama.

Se vistió y corrió al granero.

Trabajó allí durante todo el día hasta el atardecer, y al ponerse el sol, vino el molinero a ver cuánto había hecho.

-¿Has tapado el boquete del techo, pequeño Hans?- gritó el molinero con tono alegre.

-Está casi terminado- respondió Hans, bajando de la escalera.

-¡Ah!- dijo el molinero-. No hay trabajo tan delicioso como el que se hace para los demás.

-¡Es un encanto oírte hablar!- respondió el pequeño Hans, que descansaba secándose la frente-. Es un encanto, pero temo no tener yo jamás ideas tan hermosas como tú.

-¡Oh, ya las tendrás!- dijo el molinero-: pero habrás de tomarte más trabajo. Por ahora no tienes más que la práctica de la amistad. Algún día dominarás también la teoría.

-¿Crees eso de verdad?- preguntó el pequeño Hans.

Sin ninguna duda- contestó el molinero-. Pero ahora que has arreglado el techo, mejor harás en regresar a tu casa a descansar, pues mañana necesito que lleves mis carneros a la montaña.

El pobre Hans no tuvo ánimos para protestar, y al día siguiente, al amanecer, el molinero condujo sus carneros hasta cerca de su casita y Hans se fue con ellos a la montaña. Entre ir y volver se le pasó el día, y cuando volvió estaba tan cansado, que se durmió en su silla y no se despertó hasta entrada la mañana.

 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8 
 
 
Consiga El amigo fiel de Oscar Wilde en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
El amigo fiel de Oscar Wilde   El amigo fiel
de Oscar Wilde

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com