Se podría decir que Don Segundo Sombra, publicada en 1926, y El juguete rabioso de Roberto Arlt, aparecida también ese año, fundan la novela argentina contemporánea. Ricardo Güiraldes (1886-1927) había ingresado en 1915 a las letras con El cencerro de cristal y Cuentos de muerte y de sangre, en las que adhería a las experiencias vanguardistas europeas vividas de cerca en los largos años que pasa en Francia. Raucho, una novela breve, Rosaura, una crónica de viaje, ambas de 1917, así como Xaimaca, de 1923, van jalonando la acendrada vocación de Güiraldes hasta culminar con Don Segundo Sombra, novela ejemplar de nuestra América según opinión de un crítico notable. Respaldado por una tradición nacional ya afianzada, Güiraldes vuelve a hacer de la pampa el ámbito de su novela. La llanura y la estancia, peones y patrones, son la materia concreta que articula un narrador seguro ya de sus posibilidades, para convertirla, a través de sus afanes y de sus mitos, en un símbolo del ser argentino.
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