Securitización y guerra preventiva es lo mismo, si la analizamos
desde la perspectiva del control absoluto que el Estado Policial pretende tener
sobre la ciudadanía, al momento que construye focos de guerra de combate a la
pobreza, el tráfico de drogas, los ataques cibernéticos, la pandemia del SIDA,
la guerra bacteriológica, el terrorismo en todas sus acepciones, el populismo de
Estado, las pandillas, el tráfico de migrantes, la pornografía infantil, el
narcomenudeo, la piratería, el contrabando, el trafico de armas y la promoción y
apoyo a grupos irregulares pro-terroristas.
Esta Policialización de los asuntos públicos que el Estado debe atender bajo
otra óptica y con uso mayor de inteligencia, más que de represión, ha tenido sus
críticas. Algunas afirman:"Consideramos que la implementación de este nuevo
concepto multidimensional constituye un riesgo de aumento de securitización de
los problemas de la región y, por consiguiente, la militarización como una
respuesta para confrontarlos. Este riesgo existe debido a cuatro factores
principales: Primero, la tendencia histórica de intervención política de las
Fuerzas Armadas durante la vigencia de regímenes autoritarios o en el contexto
de conflictos armados o inestabilidad social. Segundo, la guerra de Estados
Unidos contra las drogas, que promueve un rol más amplio de las Fuerzas Armadas
en el cumplimiento de la ley. Tercero, la crisis de los sistemas de seguridad
pública que padecen la mayoría de los países de la región. Cuarto, la guerra
contra el terrorismo lanzada por Estados Unidos que promueve una definición
expansiva y nebulosa del terrorismo y por ende, aumenta la responsabilidad de
las fuerzas militares en combatir el terrorismo en cualquier forma en que se
expresa."
Han publicado en este libro:
Nchamah Miller
John Saxe-Fernández
Ana Teresa Gutiérrez
del Cid
Robinson Salazar
Carlos Piñeyro Nelson
Lilia de Diego Correa
Violeta R. Núñez
Paulo H. Leal
Juan Eduardo
Romero