Mi nombre es
Rodrigo Vidal Lázaro y nací en Santiago de Chile en el año 1958. Soy hijo de
padres españoles, ella de Aragón y él de Galicia, sobrevivientes ambos de la
guerra civil de aquella nación.
Debido a que
mis padres se desplazan a Quito, Ecuador, por motivos de trabajo, a la edad de
16, viajo con ellos y sigo mis estudios en este bello país andino y tropical.
Aquí obtuve una beca, por medio de la cual alcancé mi titulo de bachiller en el
Boyd Anderson High School en Fort Lauderdale, Florida.
De regreso a
Ecuador, continué estudiando y me recibí como ingeniero civil en la Pontificia
Universidad Católica. Luego de dos décadas de contribuir al sector de la
construcción, especialmente en obras de carácter hidráulico y sanitario, me
sentí impulsado por el deseo de compartir vivencias y puntos de vista, en esta,
mi primera obra como escritor.
El libro Milagros para Todos con o sin Religión
tiene sus orígenes en mi experiencia personal de haber contado con unos padres y
abuelos no creyentes y escépticos ante las cuestiones religiosas, lo cual, junto
al haber reconocido en ellos a unos seres dispuestos a utilizar sus
conocimientos para ser justos y productivos, despertó en mí la intención de
estudiar esta situación con mayor profundidad para luego compartir los
resultados con todo aquel que comparta estas inquietudes.
Mis padres,
sin necesidad de una religión, han sido maravillosos. Sus logros en la vida
pueden ser ejemplo positivo para muchos y, por lo tanto, se desbordan con fuerza
explosiva las incógnitas: ¿Y entonces, que papel juega la religión en nuestro
mundo? En el balance final, ¿es positiva o negativa la existencia de
religiones?
¿Es posible
cuestionar a instituciones tan poderosas como el catolicismo, cristianismo e
islamismo?
Esta
obra desempolva una serie de hechos que tendemos a olvidar en la neblina del
tiempo, y poco a poco nos va conduciendo a interesantes conclusiones, donde
seguramente lo más destacado es el descubrir que los llamados milagros, no son cosa exclusiva de
ningún rito ni religión, y que la llamada fe, no es otra cosa que nuestra
característica natural de poder usar nuestra mente para beneficio propio y de la
humanidad.