Spinoza expone en esta inconclusa obra los motivos de orden moral que lo
determinaron a emprender la reforma de su entendimiento y comienza por
distinguir cuatro modos de percepción o grados de conocimiento, y da las
razones por las cuales el cuarto modo (el conocimiento inmediato de una cosa por
su esencia o su causa próxima) debe ser preferido a los demás.
Habla luego del método a seguir para llegar a ese grado superior y
muestra que ese método consiste ante todo en un conocimiento reflexivo,
claro, de la verdad ya poseída.
Este conocimiento, en efecto, hará posible la distinción de lo
verdadero y de lo falso y también el progreso del espíritu, es
decir, la formación de nuevas ideas claras y distintas. Algo más
adelante resume aproximadamente como sigue lo que se debe esperar del
método:
1º Que enseñe a distinguir la idea verdadera de todas las otras
percepciones;
2º Que trace las reglas para formar de las cosas aún desconocidas
ideas claras y distintas;
3º Que instituya un orden de investigación propio para ahorrar
inútiles fatigas;
Finalmente, 4°, para que el método sea lo más perfecto
posible es necesario que se tome como punto de partida la idea del ser
más perfecto.