¿Cómo iluminas el camino de la luna? Este conjunto de cuentos aborda una
temática diversa, sobria y profundamente humana. El autor posee una gran
sensibilidad para aprehender el cosmos narrativo desde una perspectiva
atrayente, estética y concisa.
Le invitamos a sumergirse en este haz de cuentos de un escritor emergente que
se ha revelado como un hombre amante de las letras de Valparaíso y de la
creatividad; cuyo talento, entusiasmo y práctica escritural permanente, han
devenido en esta obra que trazará el camino de todos sus caminos junto a la
literatura.
Amalia Andaur Huechante
PREMIO: CIRCULO DE
CRÍTICOS DE ARTE DE VALPARAÍSO
Tiene el agrado de informar a su destacado
medio de comunicación que los premios del período 2004 han sido otorgados como
sigue:
Disciplina: Literatura
Categoría Regional al libro: "Orgasmo de
Colores" de Marcos Concha Valencia
Una paleta viva, atrayente y
variopinta
Tras una portada demasiado llamativa y un título que resulta algo bizarro,
encontrarse con estos catorce cuentos escritos por quien fuera contralmirante de la Armada Chilena es una sorpresa
sumamente grata.
El autor -que tras
su retiro participó en talleres de cuentos de Erick Pohlammer, quien de paso
prologa la selección, Marta Blanco y Amalia Andaur- no sólo tiene la creatividad
para pasearse por una variopinta gama de temas, sino que también un sentido de
la concisión y la precisión que hacen que cada cuento tenga la extensión justa,
sin que sobren palabras, sermones, moralejas o admoniciones.
Concha se escapa al estilo de otros escritores viñamarinos de
su generación. Hay fluidez en su prosa y una frescura que le otorga un carácter
bastante más juvenil. Hay también, esperanza o aceptación en estos frescos de
personajes sumamente humanos y no siempre felices -como el de aquella dueña de
casa que se pierde en una noche de copas y coquetería jugando a ser lo que nunca
se atrevió o el hombre de negocios que tras el terremoto de 1906, adivina que no
sólo ha perdido su bella casa, sino también a su bella esposa quien es acogida
en su hogar por un gentil boticario-. Como si estuviese pintando con una paleta
repleta de colores, Concha se pasea por múltiples matices, épocas, historias,
voces y hechos.
Así, tenemos cuentos
terribles y bien estructurados como "El último viaje", donde una mujer mantiene
el sentido de oído, el dolor y la conciencia mientras baja en su ataúd hacia el
crematorio; junto a otros casi infantiles como el bello "EL espantapájaros del
rey", una fábula bastante bien narrada donde no faltan elementos de suspenso y
tensión.
Para los porteños y
ex porteños, es un placer pasearse por los espacios que van surgiendo en algunos
de los relatos; para quienes gozaron de la infancia en el campo, la sensualidad
ingenua de esos "Orgasmos de colores" que una jovencita experimenta a los 14
años, tras los cuales viene el aborto programado por mamá y el internado de
monjas.
En suma, una
colección de elementos vistos con historias recién estrenadas.
A destacar, la prosa
limpia y dinámica del autor y su habilidad para meterse en el pellejo de hombres
y mujeres, vejetes y adolescentes, seres míticos y tipos comunes y
corrientes.
Quizá si hay algo
que echar de menos es la posibilidad de escarbar más a fondo en la psicología de
algunos personajes, el buceo en profundidad que incluso el cuento más corto
permite, lo que implica que no es un asunto de caracteres más o caracteres
menos-a veces en una sola frase, a veces en la perspectiva emocional con que se
enfoca la historia, como sucede en ese bonito cuento que es "ICARO
Enamorado"
Comentario de Ximena Ceardi en Revista
"Vivir Mejor" (GasValpo) Diciembre 2004.
ORGASMO DE COLORES
Por Iván Parés
Al comenzar a leer esta colección de cuentos viene a mi pensamiento una
pregunta inesperada. No es una pregunta que atañe directamente a este libro,
titulado "Orgasmo de Colores" ni tampoco a su autor, el viñamarino Marcos
Concha, más bien esta pregunta tiene relación con el género humano y el mundo
que habita. La pregunta es por qué el ser humano, tras tantos siglos de
civilización, cultura y desarrollo, persiste en la labor de reflejar por medio
de la escritura su condición; por qué existen personas para las cuales la
literatura, el pensamiento escrito, la poesía, se transforman en un complejo
asunto de prioridades irrenunciables. Entonces, al leer los cuentos que componen
este libro, llego a la conclusión de que el hombre persiste en el ejercicio de
la escritura pues mediante la creación de ficciones (por nombrar una de las
variantes literarias) encuentra respuesta a sus interrogantes más íntimas. A
través de la escritura el hombre puebla de símbolos aquella realidad personal en
la cual son vedadas las respuestas a los misterios de la Creación. Entonces
surgen estas situaciones ficcionales que representan, como dimensiones
paralelas, este constante estado de estupefacción que limita al ser humano
cuando no encuentra a su alcance las herramientas que le permitan descifrar el
desenvolvimiento del mundo: pasiones, sentimientos, relaciones personales,
vicios insuperados, miedo a lo sobrenatural, frustraciones, desesperanzas. todos
los elementos que forman el paisaje humano. Y es aquí en donde la literatura se
presenta como una reflexión entre la vida y el ser humano. No es extraño
entonces que surjan escritores como Marcos Concha que, para hacer frente a este
laberinto de reacciones, construyen sus propios símbolos.
En las catorce piezas que forman este libro Marcos Concha crea
los símbolos actualizados de los grandes temas de la literatura. Con estilo
elegante y buen manejo de la técnica de este difícil genero, muestra una gran
capacidad para crear conflictos y situaciones que están siempre en el límite
entre la alegoría y un realismo directo, amenazador, intimista. Este juego de
ambivalencias conduce al lector por un vasto panorama de caracteres humanos, de
personalidades que se debaten entre la renuncia a todo o la persistencia
obsesiva en un medio que es adverso. Un rasgo sobresaliente, quizá lo mejor de
todo el libro es la actitud de respeto del autor hacia sus personajes, la visión
compasiva, casi amorosa, permanece a lo largo del libro de una manera
iluminadora y emocionante. No hay un juicio de reproche para los débiles presos
en sus propios errores. Notable es también, la fabulosa atmósfera de "El
espantapájaros del Rey". El Rey, a pesar de su infinito poderío, es el reo de su
soledad, y es tan extrema esta forma de soledad, la del poder sin límites, que
su decisión termina siendo más que práctica, un verdadero acto poético.
"El Ultimo Viaje" es el cuento que abre el libro; está escrito
al mejor estilo de Edgar Allan Poe o H. P. Lovecraft (en la literatura chilena
son pocos los relatos de terror), si bien el relato de Marcos Concha no se
cierra en la anécdota sobrenatural, sino que le sirve de esqueleto para un
tejido de naturaleza existencial, en el cual la protagonista descubre tras ser
declarada clínicamente muerta, pero manteniendo su conciencia íntegra, como su
vida ha sido una seguidilla de apariencias.
"Emancipada por una Noche" es el monólogo desesperado de una
mujer alcohólica. "Valparaíso 1906" es otro buen ejemplo de cómo Marcos Concha
utiliza con destreza la técnica del cuento para que tras la agilidad de la trama
el lector pueda encontrar un sentido moral, existencial o religioso, pero sin
caer en juicios ni en dictámenes, sin ni siquiera mencionar una ubicación
correcta, sino tan solo para mostrar el descenso de sus personajes, este rasgo
nos muestra la inteligencia de un escritor que está completamente atento a su
oficio y que intenta llevar al extremo la expresividad de sus piezas, pues en
cada una de ellas hay dos historias: por un lado los argumentos siempre resultan
novedosos, ricos en matices y variedad imaginativa, que por sí solos ya son
leídos con interés y, por otro lado, los protagonistas de estos argumentos, son
seres que, más allá de lo anecdótico de sus situación, viven una constante
oscilación moral a la cual deben enfrentarse.
Una descripción breve de cada cuento sería apresurar
innecesariamente un momento que cada lector hallará a su tiempo: indagar que hay
detrás de lo circunstancial de cada personaje. Otro rasgo notable de Marcos
Concha es su desplazamiento narrativo, pues nunca se sabe desde dónde nos habla
y hacia dónde nos conduce, rasgo que hallamos en autores tan universales como
Melville o Conrad.
Es un agrado comentar la primera obra de este escritor, me sorprende la
honestidad y profesionalidad de su trabajo, la claridad con la que enfrenta la
escabrosa potencialidad de este género. Se intuye una obra que no termina aquí,
se presiente que su calidad es una señal de que la prolongación de esta obra se
esconde en el tiempo de su autor a la espera de ocupar espacios más grandes en
sus lectores.