El 29
de mayo de 1970, al conocerse que había sido secuestrado el general
Pedro Eugenio Aramburu, la sociedad argentina se conmovía; pocas horas después se darían a conocer
una serie de comunicados por los cuales un grupo de guerrilleros urbanos, pertenecientes al
denominado "Comando Juan José Valle" de la Organización Montoneros hace pública su responsabilidad en
el secuestro; en ellos se anunciaba su decisión de "enjuiciar" al militar secuestrado.
Unos días más tarde se comunicaba el resultado del "juicio revolucionario"
que se le había celebrado al militar, el "veredicto" del "tribunal" y se
comunicaba que había sido "ejecutado". En el ánimo de
la población se esperaba que todo el asunto no pasara de ser
una amenaza, o que se tratara de una maniobra política; cuando unos días más tarde
sea hallado el cadáver de Aramburu en una estancia
en Timote, en el partido bonaerense de Carlos Casares, se tomaría contacto
con lo que era
una realidad: Aramburu estaba muerto y el grupo subversivo existía realmente.
Si bien el secuestro de Aramburu es la primera de las operaciones
que el grupo hacía público, las autoridades habían podido establecer
fehacientemente la existencia de la organización guerrillera cuando otro grupo
ocupa la localidad cordobesa de La Calera, el 1 de julio. La policía logra
capturar a casi todos los integrantes del grupo atacante y sus detenciones
permitirán identificar a los responsables del secuestro del militar. De esta
manera la sociedad y las autoridades podrán verificar que los Montoneros eran
una realidad y que además eran peligrosos.
De esta manera el grupo había
decidido su presentación pública, y para ello habían elegido el magnicidio.
Faltan trabajos de la propia organización que analicen sus
orígenes y principios de manera global; existen sí, numerosos testimonios de
varios de sus militantes, realizados en medios escritos, televisivos o
cinematográficos, que a pesar de la parcialidad que revisten, nos permiten
extraer inferencias valiosas; los principales dirigentes que sobrevivieron a la
guerra, fuera de lo que ya se conoce, no han realizado declaraciones más
relevantes, por lo que muchos de los problemas, como actuación personal en
operaciones o las luchas internas por el control del poder aún siguen siendo en
su mayor parte, un secreto.
El hecho de que la organización
actuara durante un cierto tiempo en la legalidad, entre 1973 y 1975, nos permite
contar con parte de la documentación periodística producida por el grupo; es
menor la que se cuenta para los períodos de ilegalidad. Pero a pesar de estas
dificultades hemos podido reconstruir con cierta precisión la historia y las
características de una de las dos organizaciones subversivas más importantes que
tuvo la Argentina.