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 Autores
Cómo leerlos |
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Diciembre-diciembre
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 Reseña del libro
 Datos del autor
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Política de Devoluciones. |
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Cómo leer los libros (lea las instrucciones y comience a disfrutar de la lectura) |
Opinión de nuestros usuarios |
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Otros libros en la misma sección |
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Descripción del libro "Diciembre-diciembre" |
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| «Diciembre-diciembre» es un diario, el diario de una joven a punto de cumplir treinta, con ganas de cambiar todo. El rigor de la realidad se impone, y no se le hace fácil. Sin embargo ella logra a lo largo del año romper con tantos mandatos y llegar distinta al diciembre siguiente. --- Diciembre antecede el estreno calendario: en enero cambiará la vida, nuestra vida. Diciembre-diciembre, como letanía, mantra o tañido -aún como ritmo de repetición empecinada que se estanca-, señala sin embargo en esta novela de Laura Beilin el arco que observan la sucesión cronológica y la continuidad novelesca para convocar toda nuestra atención de lectores. Nuestros ojos bien abiertos descubren así un oscuro trasfondo, que los ojos cerrados de la oscuridad transforman en fantasías solares. Y viceversa: pensamientos soterrados dan curso a animadas peripecias diurnas. En cualquier caso, la autora sabe muy bien de qué esta escribiendo, y el lector lo advierte de inmediato. Con una especie de sobriedad y elegancia sonámbulas, la trama y la sustancia quedan en nuestra memoria como una realidad que ha averiguado ya el sutil y firme andamiaje de la ficción. En esos andenes de expectativa y curiosidad, los lectores de Diciembre- diciembre aceptan con gratitud el destino que Laura Beilin les ha asignado, tan perceptivo y rico como el de los personajes. Luis
Chitarroni  Ir al inicio |
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Acerca de Laura Beilin |
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Nací y viví en Olivos hasta que me casé, estudié en el colegio San Andrés desde primer grado, estudié un año para ser secretaria, me recibí de Maestra Jardinera y trabajé muchos años con niños, tengo muy mala memoria pero estoy haciendo un esfuerzo, mastico hielo compulsivamente, me casé a los veintiún años, me encanta el olor a nafta, al spray de pelo, a pegamentos, y el olor a pintura. Tengo cuatro hijos, y una Olivia y un Vicente. Primero nació Juampi, después Manu, después Maria y después Cata. Es decir: tengo cuatro hijos. Y dos nietos. Soy terapeuta corporal, me da terror viajar en avión, me separé del papá de mis hijos después de quince años de casada, ahora comparto mi vida con Andrés. Soy ordenada, casi obsesiva. Tengo rulos y nadie sabe, me gusta reírme, soy guarra (y es muy inapropiado), tiré todo mi pasado el día que me fui de la casa de mis padres para casarme a los veintiún años, soy abuela desde los cuarenta años. Sí, abuela. Me encanta quedarme en la cama, leer, estar con mi notebook, no sé mirar tele, pero miro las series de Sony. Me gustan las películas psico-dramas o de amor retorcidas y las comedias bien hechas. El olor de los libros me hipnotiza. Mi abuela, mi mamá, mis hermanas y yo, somos "María" algo. Mi hija es solamente María. Y Catalina no. No leo el diario, pero si tengo La Nación a mano leo siempre las crucecitas y me fijo: si participan "tus bisnietos" me angustio menos. No puedo quedarme quieta mientras me lavo los dientes. Tuve una época new age / alternativa-mal. La practiqué con mucho ímpetu. Quedé bastante asqueada. Me encantan las lapiceras que escriben gordo. Pasé por muchos psicoanalistas, analistas, chantas, de distintas ramas y escuelas variadas. Fui maestra de jardín de infantes durante quince años. Me encantan los chicos de esa edad. Fui a varios talleres literarios. Me hipnotiza mirar el río. Tengo los mejores atardeceres de mi vida vividos en punta del este fuera de temporada y en Colonia, Uruguay. Siempre llevo conmigo una libreta y anoto pavaditas. Hace años que escribo un diario en cuadernos, todos los días. No me gusta que me regalen flores, porque se mueren y el velorio, el entierro y todo eso me pone mal. Amo mi jardín y el árbol de magnolias que estaba en la ventana de mi cuarto de Olivos. Soy muy quejosa. Hago todo el tiempo listas. Mi papá era tenor y escribió varios libros. Mi mamá se casó con mi papá. Si estoy leyendo un libro, y no me
gusta, dejo de leerlo y no me da culpa. Leo varios libros a la vez. Los marco
los libros con lápiz, con birome, con lo que tenga a mano, los subrayo, hago
comentarios, escribo en las contratapas, los hago míos. Una herejía. Compro
libros compulsivamente. No los presto ni devuelvo los que me
prestan. Ir al inicio |
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