El escritor tiene un espejo en el cual mirarse, y más que eso, donde "proyectar" sus ¿sueños?: el lector. "Un cisne más intrépido, más oscuro, más atrevido que el escritor", según Borges. Más que el espejo, más que la fantasía de "otro", el lector es un desconocido al que (sin embargo), se le dedica todo. Estoy aquí porque soy lectora, (o pretendo serlo), y porque soy amiga: mi compromiso es enorme. También lo es el de Camilo Giani, con su poesía, con todos nosotros, conmigo. Esencialmente: La Poesía. El misterio del lenguaje: lenguaje escrito (poético), que toca, con sus alas, el misterio de convertirse en "otra lengua", aparentemente tan simple, tan accesible y a la vez, nunca hablada antes por nosotros. La extracción del sentido, ese acto "simple y claro", es ahora mi alegría por la edición del libro de Camilo, por la edición de todo libro, por ese acto amoroso que es la escritura y por la correspondencia sutil y curiosa, (y no minos amatoria), con nosotros lectores. Pocas cosas: Infinitas. Las palabras y el amor del que escribe y el que lee: mi deseo de un mundo feliz y "poético" en el sentido más pristino de la palabra. Liviano como el aire, ágil como el agua, poderoso como el fuego: un mundo de encuentros como éste, donde aquí estamos.
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