Está verdaderamente muerta esta arrebatadora belleza sudamericana de maravillosos ojos verde-esmeralda? ¿Se arrojó realmente desde el tren en movimiento a las fangosas aguas del río? La acción de SIESTA transcurre en Buenos Aires y sus alrededores. Diez semanas después del suicidio de su joven esposa, el marido viaja con un amigo en el tren que cruza la ciudad. A lo largo del trayecto va evocando todo lo ocurrido desde aquel fatal instante: el funeral (con el ataúd vacío por no haberse hallado el cadáver), su fracaso al intentar ponerse en contacto con la aristocrática familia de su esposa, las reacciones de sus compañeros; rememora los pequeños incidentes de su matrimonio, se pregunta cómo hubiese sido su vida futura si ella viviese... De vez en cuando, algo le aparta de su monólogo: Buenos Aires, con sus gentes, sus peculiaridades, sus grandezas y miserias, vida y muerte nuevamente enfrentados; vida y muerte que a él le obsesionan, le atenazan, fruto de su propia ambivalencia: recorre la ciudad tratando de olvidar el pasado, entregándose a una catarsis liberadora, pero a la vez intentando restablecer los lazos que a él le unen, hundiéndose en el abismo de las preguntas sin respuesta, en el camino insondable de la nada. De pronto empiezan a ocurrir cosas extrañas: ve a su mujer en un restaurante, en un partido de fútbol, en la ópera. ¿Es pura imaginación, o es que ella sigue viviendo?. Pero si todo son fantasías, ¿por qué le ve también el amigo que le acompaña? Enfebrecido por la duda decide ir fuera de Buenos Aires para visitar la estancia donde nació su esposa, que ahora no es más que un solitario caserón perdido en la pampa: tal vez no haya muerto, quizá se ha escondido allí. Pero de nuevo confunde sus deseos con la dura realidad: nadie ha vivido en ella desde hace mucho tiempo. Desesperado, regresa en tren a Buenos Aires. Llega el horrible momento en que tiene que aceptar la muerte de su esposa. Está solo, sin familia, sin nadie con quien compartir su trágica soledad. Llevado por un inconsciente deseo de morir, de reencontrarse con su esposa, se sienta en la escalerilla de entrada al vagón, apoyando su cabeza contra la puerta abierta. Estas son sus últimas palabras: "Quiero dormirme aquí, en el tren que corre hacia Buenos Aires; después de todo, nadie sabrá si me he dormido o si me he arrojado del tren..." Junto a una inconformista visión de la vida en Buenos Aires, SIESTA es una novela escalofriante que envuelve al lector en un mundo onírico y surreal, y en donde las barreras entre fantasía y realidad, entre locura y cordura acaban por desaparecer.
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