Contenido: Los Romanov por Virginia Cowles A la dinastía de los Romanov, que gobernó Rusia desde 1613 hasta 1917, pertenecen algunas de las figuras más extrañas, escandalosas o trágicas de la historia.El relato de sus vidas compone un aguafuerte de increíbles tonalidades, que alcanza en ocasiones características esperpénticas. Desde Alejo, hijo del fundador de la dinastía, místico y piadoso, bárbaro y cruel -cualidades contradictorias que iban a repetirse en su existencia -, hasta el último zar, vamos descubriendo insólitos perfiles en figuras tan destacadas como Pedro el Grande, un hombre de extraordinaria personalidad, de poderosa inteligencia, capaz de los mayores excesos, pero preocupado sinceramente por elevar el nivel de bienestar de su pueblo; las célebres zarinas Isabel -ambiciosa y lasciva - y Catalina la Grande, de inteligencia nada común, de espíritu cultivado, que fomentó las artes y, en el terreno político, fue hábil gobernante, que extendió las fronteras de Rusia y la consolidó como gran potencia; el tristemente célebre Nicolás II, el último de los zares.....
Sin embargo, el libro no se limita a las grandes figuras, sino que, a través de la narración, seguimos, con la historia de sus soberanos, la historia misma de Rusia durante un largo período, que culminó en el presente siglo.
La autora nos muestra a los habitantes del inmenso país, su vida y costumbres en los diferentes estratos sociales, y la visión que de Rusia y sus gentes tenían los visitantes europeos que observaban, horrorizados, pero fascinados, los fantásticos constrastes y curiosidades en la vida del país de los zares.
La gran riqueza iconográfia del libro de extraordinaria calidad y perfecta impresión, revela una buena cantidad de detalles, escenas y objetos, que hasta ahora no habían sido publicados, e incluye, además, fotografías expresamente encargadas para la obra al fotógrafo ruso Victor Kenett, que muestran el interior de los fastuosos palacios de Leningrado, Peterhof y Tsarskoie Selo. 33 láminas en color, 160 ilustraciones en blanco y negro.
Ir al inicio
|