Las cenizas de Ángela es una crónica de adultos a merced de la vida y de niños a merced de los adultos. Es, por otra parte, una amalgama tal de patetismo y humor que uno nunca sabe si llorar o reír. Al final se termina llorando y riendo al mismo tiempo. No tema: no solo tiene un final feliz, sino que a través de cada nuevo horror de la narración, sentirá la felicidad de sumergirse en la más maravillosa escritura que haya podido encontrar. McCourt se merece cualquiera de los brillantes premios que se otorgan. Denle un Prix de Roma, una Croix de Guerre, un Pulitzer, un Nobel, y mientras se lo dan, sírvanle otra cerveza Guinness.
Thomas Cahill, autor de Cómo los irlandeses salvaron la civilización.
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