Antes de comenzar a desarrollar los programas asignados al grado, es tarea del maestro de primer grado inferior tratar de adaptar a sus alumnos al ambiente escolar. Los niños que han concurrido al Jardín de Infantes traen una disposición que no tienen los que concurren por primera vez a la escuela. Estos últimos, separados de su hogar, puestos en manos de una persona extraña como lo es la maestra, ubicados en la escuela que les parecerá fría e imponente, van a presentar una serie de pequeños problemas que habrá que solucionar en el más corto plazo y para lo cual hay que prepararse antes. Al abrir las puertas, la escuela debe mostrarse limpia y alegre y el maestro de primer grado habrá sido seleccionado de modo que su presencia, su afectividad, su voz y su paciencia lo acrediten como el más indicado para cumplir la tarea de atender a dichos niños. El aula también habrá sido preparada de antemano: paredes limpias, pintadas de color suave, frisos alegres, bancos pequeños, plantas, pajaritos, cuadros, muñecos. El niño debe encontrar una escuela y una maestra que lo atraigan, que no lo asusten. Habrá muchos niños que entrarán tranquilos y confiados, pero veremos otros huraños, retraídos y tal vez llorones. La maestra, amable y sonriente, tendrá una caricia para todos y especialmente para estos últimos, a los que tratará de atraer con suavidad y dulzura. Hay que ganar su confianza, hacerlos sonreír, hacerlos jugar, de modo que la escuela les sea un lugar grato, a la que concurren contentos; respetar sus deseos hasta que poco a poco se vayan adaptando a la nueva vida, respetando su personalidad que sólo se tratará de modificar si presenta caracteres anormales. La maestra de primer grado debe ser hábil para narrar cuentos, y para cantar con sus niños; el hecho de que la escuela tenga profesora especial de música no la exime de la enseñanza de determinados temas de Lenguaje y Desenvolvimiento. También deberá tener siempre a la mano una serie de poesías infantiles, cortas, sencillas, y agradables; estrofitas sueltas para memorizar, que servirán más tarde, cuando la enseñanza este adelantada, para escribir e ilustrar; ejercicios de trabalenguas para los niños de pronunciación defectuosa; libros de láminas y cuentos para hacer ejercicios de conversación y descripción.
"El texto pertenece a una parte de las Consideraciones Generales del libro".
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